viernes, 25 de noviembre de 2011

El cerebro no busca la verdad.


Esta semana he tenido acceso, gracias a Noelia Chia que fue alumna de nuestro Centro, a un interesantísimo programa de Redes, que como sabéis es un espacio de tve2 comandado por Eduardo Punset –magnífico divulgador científico y exministro español-. En concreto se trata de una entrevista a la psicóloga australiana Cordelia Fine.

Para empezar reflexionemos sobre la frase que precisamente cierra el programa: “El cerebro puede editar y censurar selectivamente la verdad para construir una realidad más amable y dulce”. Comencemos de nuevo por el final –en este caso de la frase-, aquí se nos habla de una realidad más amable y dulce, es decir de un mundo más compatible con nuestros deseos, con nuestra seguridad y que, por lo tanto, no represente en ningún caso nuestros miedos, esos miedos que deseamos alejar como sea. Nuestra mente nos ayuda en este caso a no sufrir demasiado, presentando una interpretación del mundo afín a nuestra necesidad de equilibrio.

Así se explica que seamos, normalmente, mucho más severos con los demás que con nosotros mismos cuando juzgamos acciones, sentimientos, deseos etc. Necesitamos que nuestra configuración de lo que llamo mi experiencia esté de nuestra parte, para así sentirnos más seguros. Pero claro, para ello en innúmeras ocasiones nos valemos de ardides como los prejuicios o la exacerbación de nuestra vanidad. En un día a día que nos sobresatura de estímulos a nivel consciente, ahí está el subconsciente para actuar –no siempre justamente-, de ahí que se llegue a decir en la grabación que “la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo”.

Fine nos habla durante la conversación de cómo la mente humana ha desarrollado una serie de mecanismos inconscientes que introducen variables subjetivas que se mezclan con los hechos que nos rodean o con la experiencia que tenemos de nosotros mismos. Por lo tanto, siguiendo la afirmación en sentido inverso, llegamos a la conclusión de que lo llamado por nosotros “realidad” es algo confeccionado, algo que no puede soslayar al sujeto que la percibe; aparece de forma manifiesta en este momento un claro planteamiento idealista que muestra la invalidez del denominado realismo ingenuo. En fin, intentamos hacer un combinado, un cóctel mezclando la “realidad pura” -en sentido kantiano- con nuestras aportaciones para que la “ingesta” diaria de la “vida pura” no nos resulte excesivamente desagradable.

Construimos seleccionando, censurando –es la segunda vez que nuestros pensamientos durante esta entrada nos llevan a Sigmund Freud- operamos sobre todo aquello que nos llega para desarmarlo de los posibles daños que nos pueda producir, o también, al contario, introduciendo una señal de alerta que nos ayude en nuestra lucha por la supervivencia. En referencia a lo último me gustaría subrayar los sobresalientes minutos dedicados al miedo, y a cómo nos valemos del mismo –cuando se da en su justa medida- para poder transaccionar con el mundo, sobre todo en situaciones de verdadero peligro u hostilidad. Como ejemplo de ello destaco las palabras pronunciadas por el periodista español Jon Sistiaga, testigo directo de multitud de conflictos bélicos y por lo tanto conocedor de situaciones límites para el ser humano.

En relación con la violencia, merece la pena mencionar la reflexión acerca del término deshumanización; es precisamente el momento en el que –al margen del proceso que se da asimismo en el agresor- se deja de ver al “otro” como persona, como ser humano, como esencialmente igual a uno mismo cuando la agresividad latente puede dar el salto a la acción violenta, esa violencia que no olvidemos puede –ayudada por la razón, por la lógica- llegar a cuotas inimaginables de “refinamiento” tal y como se ejemplifica en el reportaje cuando se habla de la guerra de la antigua Yugoslavia.



Por favor, pinchad el enlace que merece verdaderamente la pena.



viernes, 18 de noviembre de 2011

Texto de Ortega y Gasset.


Al hilo del artículo del catedrático Gómez Pin al que dediqué la última entrada, y habiendo reflexionado sobre el mismo, vino a mi mente la claridad meridiana con la que Ortega expresa esa situación problemática del hombre que se encuentra ante el reto de conocer el mundo que le rodea, y conocerse a sí mismo, en lo que comúnmente llamamos vida.


Como me gusta recordarles a mis alumnos, Ortega nos dice, en numerosos pasajes, que la experiencia vital de cada uno –nuestra vida- demanda una comprensión, un saber a qué atenernos. Señalemos que precisamente la imposibilidad de separarnos de nuestra circunstancia, a la que debemos dotar de sentid, sustenta la crítica a ese yo-ficción del racionalismo.


Gómez Pin en su artículo reivindicaba el acceso a toda aquella información que pudiese ayudarnos, socorrernos –nunca mejor dicho- en esta experiencia de otorgar un significado a ese lapso de tiempo que deviene entre nuestro nacimiento y nuestra desaparición. Y se refería a ello atendiendo a distintos niveles educativos (no olvidemos que toda experiencia nos educa), desde la estrictamente académica hasta la organización del mundo laboral y de ocio de nuestras sociedades.


Toda mecanización, toda vaciedad que se introduzca en nuestro día a día tiene como consecuencia una inevitable alienación, en la que, como indica el término, dejamos de ser nosotros, nos extrañamos con respecto a la vitalidad auténtica, hasta que, por seguir con el término, llegamos a no “reconocer” nuestra falsa relación con el mundo, con lo más íntimo que tenemos: nuestra vida.


Por ello en el artículo referido se llamaba la atención sobre la idea de contemplar la Filosofía como un lujo para una selecta minoría. No es así, la Filosofía, las preguntas fundamentales acerca de nuestro “ser”, las necesitamos todos sin excepción para intentar por todos los medios conseguir conocernos lo más profundamente posible y saber orientarnos en nuestra relación con la alteridad.


Somos responsables de nuestra vida, somos los artesanos que le damos forma a nuestra biografía, pero también es cierto que necesitamos en momentos claves, como el educativo, que se nos “ayude” a desarrollar las herramientas que faciliten el desvelamiento de lo esencial de nuestro existir.


Para ejemplificar las ideas orteguianas sobre la cuestión, viene a la perfección el siguiente fragmento del pensador madrileño:



¿Por qué no renunciar a todo hacer y dejarme morir? Pero hasta para resolver dejarme morir tengo que motivar mi resolución, tengo que estar orientado sobre mi vida: sólo así “tendrá sentido” tal decisión; supone haberme convencido que es mejor morir que vivir. Pero esto, a su vez, implica que estoy ya perfectamente orientado sobre la vida, esto es, que sé lo que es la vida y todo en ella.

No se puede vivir sin una interpretación de la vida: Es ésta una extraña realidad que lleva en sí su propia interpretación. Esta interpretación es, a la par, justificación. Yo tengo, quiera o no, que justificar ante mi cada uno de mis actos. La vida humana es, pues, a un tiempo delito, reo y juez.

Es, pues, para el hombre imposible estar sin una orientación ante el problema que es su vida. Precisamente porque la vida es siempre en su raíz desorientación, perplejidad, no saber qué hacer, es también siempre esfuerzo por orientarse, por saber lo que son las cosas y el hombre entre ellas.


José Ortega y Gasset, Unas Lecciones de Metafísica.



lunes, 14 de noviembre de 2011

Día mundial de la Filosofía


El próximo jueves se celebrará, auspiciada por la O.N.U., el día mundial de la Filosofía. En el siguiente artículo, publicado por el diario El País, el catedrático Víctor Gómez Pin reivindica una educación universal que consiga desarrollar nuestras posibilidades racionales, que posibilite un acercamiento a la reflexión de las problemáticas fundamentales por las que todo ser humano puede llegar a preguntarse.

La Filosofía nos atañe a todos, y es un error pensar que es cosa de “unos pocos”, recordemos como ejemplo las palabras que abren la Metafísica de Aristóteles: “Todos los hombres por naturaleza desean saber”. La educación debe, por tanto, asegurar que esa tendencia del hombre se vea respaldada por unas condiciones que la favorezcan, y no se convierta la reflexiónfilosófica ante el mundo y nosotros mismos un lujo para una minoría.


FILOSOFÍA Y DERECHOS HUMANOS.


Cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Educación invita a celebrar el día mundial de la filosofía, bueno es recordar que el artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos precisa que "la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad".
Lo difícil de todas las proclamas cargadas de buenas intenciones es que se den las condiciones sociales de su cumplimiento. Baste mencionar el articulado de la Constitución española según el cual todo ciudadano tiene derecho a una vivienda digna. Sin embargo, tratándose del evocado derecho universal se da el problema añadido de que ni siquiera se toma realmente en serio lo que implica una educación integral, una educación que garantice el desarrollo efectivo de la personalidad.

Pues bien, nada más adecuado al respecto que recordar la tesis platónica según la cual la educación no ha de sustituirse a las capacidades innatas sino fertilizarlas, ayudar a que se desplieguen las facultades intelectivas y creativas que caracterizan al ser humano entre las demás especies animales. Sin duda no todo ser humano puede consagrar su vida a la investigación científica o a la tarea artística, pero, sin embargo, cada uno de los humanos se halla concernido por ellas, y tiene derecho a que se le ayude a reconocer que efectivamente es así, que lo que se dirime en estas tareas del espíritu también es cosa suya. Entre otras cosas, misión de la filosofía es recordar este derecho.

El motor de la filosofía no es tanto explorar desconocidos rasgos del mundo como restaurar una actitud ante aspectos (del entorno o de nosotros mismos) que eventualmente pueden ser ya conocidos, pero que no por ello dejan de ser sorprendentes. Para un investigador en física los principios del formalismo cuántico pueden constituir algo sabido, pero el simple ciudadano al que se ha dicho que en tales principios se pone en tela de juicio la idea que nos hacemos del mundo, tiene todo el derecho a exigir una educación general que no los obvie, que le haga partícipe de lo que en ellos se juega.

Afirmar la universalidad de la disposición filosófica implica que las interrogaciones fundamentales, que tantos por circunstancias sociales se han visto forzados a repudiar de sus vidas, están al alcance de toda persona tensada por lo desconocido e inquieta sobre su ser y su entorno. No se exige de entrada ser una persona culta y menos aún una persona erudita. La filosofía tiene sus problemas específicos, archivados en los grandes textos de su historia, pero tales problemas son el resultado de que el ser humano ha experimentado siempre una suerte de estupor ante la naturaleza y ante su propia existencia, estupor que le lleva a interrogarse, traduciendo sus vacilaciones y respuestas en conceptos y símbolos.

Pues, al igual que Descartes, Kant, Heisenberg o Einstein, ¿quién no se ha preguntado alguna vez si hay o no hay una realidad física exterior, que seguirá tras su eventual desaparición y la desaparición de todos los demás humanos, los cuales en apariencia tienen una percepción de tal realidad coincidente con la suya? Los instrumentos para responder en uno u otro sentido a esta pregunta cubren hoy miles y miles de páginas de sesudas revistas filosóficas o científicas y han sido esgrimidos como armas por algunos de los eruditos más importantes.

Pero la pregunta sigue siendo elemental y toda persona es susceptible de sentirse interpelada por la misma, hasta el punto quizás de que, si su vida material se lo permitiera, acuciada por tal interrogación, empezaría a dotarse de los elementos de información precisos para abordarla. Cosa que ya ha hecho alguna vez, al menos en una etapa tan ingenua como luminosa en la que la vida no estaba extraviada entre querellas evitables y expectativas ilusorias.

Es un desprecio a los ciudadanos considerar la vida del espíritu como cosa de minorías exquisitas y designar para el común la alternancia entre un trabajo puramente mecánico (cuando lo hay) y un ocio estéril. Obviamente, el asunto tiene implicaciones políticas y por eso el mero hecho de reivindicar una educación que empuje a una actitud filosófica es ya una cuestión de compromiso.

Cuando hace unos meses un importante consejero de Gobierno autonómico promulgaba una educación superior pública adaptada al mercado, explicitando que el propenso al estudio de la cultura griega habría de "pagarse el lujo", no solo estaba despreciando a Eurípides y Aristóteles, sino también a Euclides, es decir, la matriz de nuestra cultura.

Lo democrático de la filosofía reside en la tesis, enunciada por Aristóteles, de que todos podemos instalarnos en la actitud interrogativa, a poco que nos liberemos de las barreras sociales que lo dificultan y que impiden realizar nuestra naturaleza de seres tallados por la razón y el lenguaje.


Víctor Gómez Pin es catedrático de Filosofía de la Universidad Autónoma de Barcelona.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Relatos fantásticos.


En la entrada de hoy volvemos a los relatos fantásticos, a ellos ya le dedicamos algún espacio allá por el comienzo del blog hace casi dos años -quién lo diría-.

El primero trata el tema de lo imprevisible de nuestro día a día, y de cómo en muchas ocasiones podemos comprobar la imposibilidad de controlar todas las variables que de un forma u otra influyen en nuestra vida. Me hace recordar a ese personaje de la película "Nosferatu" (del alemán F.W. Murnau) que al ver a un hombre andando con evidente prisa casi corriendo, reflexiona y dice: a dónde irá con tanta prisa, nadie puede escapar a su destino.


En el segundo se juega de modo trágico con el humano deseo de inmortalidad, y de cómo ese anhelo se podría volver angustiosamente contra nosotros. He aquí, narrados, los peligros que nuestra imaginación puede elaborar y que convertirían a un a priori goce por la satisfacción de lo alcanzado, en una pesadilla.


El resto de ideas que os puedan suscitar las podéis mandar como comentarios.


El gesto de la muerte (Jean Cocteau).

Un joven jardinero persa dice a su príncipe:

-¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahán.

El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:

-Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?

-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahán esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahán.

FIN



Vivir para siempre (James George Frazer).

Otro relato, recogido cerca de Oldengurg, en el Ducado de Holstein, trata de una dama que comía y bebía alegremente y tenía cuanto puede anhelar el corazón, y que deseó vivir para siempre. En los primeros cien años todo fue bien, pero después empezó a encogerse y arrugarse, hasta que no pudo andar, ni estar de pie, ni comer, ni beber. Pero tampoco podía morir. Al principio la alimentaban como si fuera una niñita, pero llegó a ser tan diminuta que la metieron en una botella de vidrio y la colgaron en una iglesia. Todavía está allí, en la iglesia de Santa María, en Lübeck. Es del tamaño de una rata y una vez al año se mueve".

Fin


jueves, 3 de noviembre de 2011

Palabras para Julia (José Agustín Goytisolo).


Conocí el poema “Palabras para Julia” cuando yo era pequeño gracias a la versión cantada por Paco Ibáñez, y que podía escuchar frecuentemente en mi casa. Siempre me pareció que contenía un mensaje iniciático, un mensaje de “verdad” en su más estricto sentido etimológico de “desocultamiento”, la música que lo acompañaba transmitía la nostalgia y el tempo preciso y necesario para acometer la revelación que se palpaba en su letra.


Hace tiempo que quería dedicarle una entrada a estos versos del barcelonés José Agustín Goytisolo –nacido en 1928-, y recientemente, al tener conocimiento de un hecho que une una experiencia biográfica del escritor con el texto del que hablo, me decidí definitivamente a hacerlo.

Goytisolo nos habla en “Palabras para Julia” de la inevitabilidad del devenir temporal que cerca nuestra existencia, tras nuestro nacimiento “sin anuencia previa” (sabéis que me encanta la expresión orteguiana) la vida, su carácter temporal nos empuja de forma inexorable únicamente hacia delante; de hecho no es casualidad que frente a esta evidencia el hombre fantasee de innúmeras formas con saltar ese camino unidireccional de la temporalidad.

Ese yo en el que nos reconocemos es un yo individual con un nacimiento y muerte propia, el poeta sabe que la compresión de las dos caras vida-muerte, al fin y al cabo la existencia auténtica, puede provocar sentimientos como el desamparo, la angustia de la soledad existencial y –para muchos- el sin sentido, pues bien, la solución a ello está en los otros, en los demás, en la amistad y en el amor.


Nuestras relaciones con los demás, el con-vivir es lo que otorga la grandeza al ser humano, precisamente en el ser capaces de trascender la individualidad, en ese abrirse al otro radica la salvación de cada uno de nosotros, en la relación yo-tú/ellos es donde se ubica el sentido que todo hombre busca.

Recuerdo gran cariño el programa que emitió Canal + tras la muerte de Goytisolo en marzo de 1999. Dicha cadena ofrecía tras el fallecimiento de algún personaje ilustre una entrevista –bajo el título general de Epílogo- con el mismo, grabada con la condición de su emisión post-mortem. Especialmente entrañable resultó, en el caso del poeta, esa última mirada a la cámara –intuyéndose visto por el espectador cuando ya hubiera muerto- e invitándonos al aprovechamiento de la vida y deseándonos suerte en el camino.


Igualmente siempre tuve en mente la explicación de que esa Julia a la que también se la invita a vivir, y a alejar los momentos de desánimo en el poema, era su propia hija. Siendo eso así, no es únicamente a ella a la que se dirige sino también a su madre, llamada también Julia –y de apellido Gay-. De hecho, así parece que queda claro en este fragmento:

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Comenté anteriormente que hace poco tuve noticia de un suceso dramático y esencial en la vida del barcelonés y que me motivó todavía más a escribir este texto. Su madre, Julia Gay, murió durante la guerra civil a causa de un bombardeo del bando sublevado. Este hecho marcó notablemente la vida y la obra de Goytisolo que quedó –al igual que el resto de la familia- profundamente impresionado por lo vivido.

Os dejo en primer lugar el poema para que disfrutéis de su lectura, y además dos versiones, de las muchas que se han realizado, del texto cantado. La primera es la más conocida y que cité al comienzo, me refiero a la de Paco Ibáñez. La segunda pertenece a “los Suaves” un grupo de rock duro que posee un estilo diametralmente opuesto al de Ibáñez.

PALABRAS PARA JULIA


Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

http://youtu.be/4tfBJoJJYIg

http://youtu.be/wtvbLJ6z_M8

Espero que os gusten tanto sus versos leídos como cantados.

jueves, 27 de octubre de 2011

Comentario al artículo "Lucha de Clases" de Moisés Naím

Aquí os reproduzco el intersantísimo comentario que mi amigo Eduardo Pinedo -que ya ha colaborado en más ocasiones en el blog- ha hecho al artículo de Moisés Naím que introduje como en trada en el mes de septiembre.


Rafael Rodríguez acierta de lleno al alertar del proceso de "refeudalización" que se está dando en los países occidentales a causa de la crisis. Sin embargo, me temo que yerra al escribir que "La historia demuestra que el liberalismo resuelve sus crisis con el totalitarismo". No ha sido así en países con una tradición liberal bien arraigada. Pienso en Inglaterra, Francia o Estados Unidos.


Quizás, el origen de la confusión resida en que utiliza el término totalitarismo para aplicarlo al plano económico -como se puede observar en el último párrafo de la columna-, cuando se trata de un concepto político.

Etiquetas como totalitario o fascista (así como las expresiones totalitarismo o fascismo) se han utilizado a menudo de una forma tan amplia, que han llegado incluso ha desnaturalizarse. Y así se ha dejado caer en el olvido lo terrible de aquellos regímenes que provocaron miles de muertos, encarcelados, exiliados o represaliados, para equipararlos actualmente con cualquier mínima falta de libertad o representatividad.


Convendría, pues, para no banalizar el pasado ni desenfocar sobre el presente, utilizar dichos términos con un mayor rigor.

Un saludo.

viernes, 21 de octubre de 2011

Confucio I

En la entrada dedicada a la noción Jasperiana de “tiempo axial” cité al pensador chino Confucio, y anuncié que le dedicaría unas líneas a las Analectas, la obra donde se recogen sus ideas. Pero recordando que tal y como nos decía el citado –en aquella ocasión- profesor Antón Pacheco podemos encontrar similitudes, rasgos comunes entre pensamientos cercanos en fecha pero distantes espacialmente en ese tiempo denominado eje; he creído interesante variar algo la idea primigenia. Así que al hilo de la semblanza que mostraré del maestro chino iré, asimismo, presentando una serie de reflexiones acerca de recuerdos que sobre pensadores como Sócrates y Platón me han venido a mi mente.


Confucio nació en el 551 a.C. y murió en el 479 a.C. –el mismo año que los atenienses y espartanos derrotaban a los persas en la batalla de Platea, principio del fin de las guerras Médicas, siendo, además, contemporáneo de importantísimos pensadores presocráticos-. La moral y la política fueron realmente el motor de su vida, lo que le dotaba de energía, él mismo se definía del siguiente modo “(…) Confucio es un hombre tan apasionado y entusiasta que a menudo se olvida de comer y pierde la conciencia de la llegada de la vejez”.

Ya en ese interés encontramos esa relación con el autor de La República y con su maestro Sócrates, preocupados ambos por la moralidad de la polis. El tábano ateniense deambulaba por las calles con la intención de llevar a cabo esa misión encomendada por su daimon y que además se sustentaba en ese punto de inflexión vital que supuso la sentencia del oráculo délfico. Asimismo Confucio, según nos cuenta Simon Leys en su edición de la obra en la que se recopilan las palabras del Maestro nos dice: “Las Analectas están impregnadas de la inquebrantable creencia que Confucio tenía en su misión celestial”, por lo tanto quedan emparentados ambos hombres por esa idea acerca del sentido de su vida, ésta tenía una clara finalidad de índole moral.

Volviendo a Platón, y más concretamente a las noticias biográficas que de él poseemos, nos encontramos con un filósofo al que le tocó vivir una época de crisis, Aristocles (su verdadero nombre) vino al mundo en el 427 a.C. cuatro años después de que comenzara la guerra del Peloponeso, conflicto que a la postre supuso el fin del esplendor ateniense, este tiempo convulso, el convencimiento de que no existe Estado bien regido, y evidentemente la gran injusticia de la condena a Sócrates en el 399 a.C., marcaron profundamente el carácter político platónico. En la obra citada anteriormente Leys nos sigue explicando: “Confucio vivió en una época de transición histórica (…) él estaba siendo testigo del colapso de una civilización”. Aunque en el caso de Platón no podamos hablar exactamente en los mismos términos pero el siglo IV –su siglo intelectualmente hablando- verá caer la estructura política griega por antonomasia, la polis. Platón muere en el 347 a.C., quedaba poco para la batalla de Queronea, y para el fin del período clásico de la civilización griega.

Añadamos una semejanza más, si nos apoyamos de nuevo en el texto de Simon Leys podremos leer: “Pasó [Confucio] prácticamente toda su vida viajando de un Estado a otro, con la esperanza de encontrar a un gobernante ilustrado que le diera por fin una oportunidad y lo emplease a él y a su equipo”, nos viene inmediatamente a la memoria todas las vicisitudes sufridas por Platón en sus tres viajes a Siracusa. Recordemos que a través de Dión, a la sazón cuñado de Dionisio I (el viejo) que detentaba el poder -posteriormente con Dionisio II el joven-, el filósofo creía que podría poner en práctica su teoría política –tan impregnada de moralidad como la del asiático-.


Ambos teóricos sufrieron grandes peligros en sus viajes, el heleno sin ir más lejos llegó a ser vendido como esclavo en su primer viaje a Sicilia, aunque finalmente fue rescatado –mediante pago- por Anniceris de Cirene que lo reconoció. Decíamos y subrayábamos que hablamos en ambos casos de una política imbuida totalmente de moralidad, baste recordar la expresión de “Ley del cielo” (tien ming), una ley moral suprahumana a la que el gobernante –y también cada individuo- debe adecuarse para ser justo en su labor, y conseguir así la armonía social, el bienestar del pueblo, que es la meta principal de la política confuciana. Asimismo Platón nos hablaba de la noción de justicia (dikaiosýne) como virtud general, una justicia también entendida como armonía y que debe reinar tanto en el alma individual, como en la sociedad, ya que no puede haber comunidad justa sin hombres justos.

martes, 11 de octubre de 2011

British Pathé


El paso del tiempo va haciendo que los antiguos testimonios fotográficos y cinematográficos vayan acumulando una mayor cantidad de años, y así se separen cada vez más del momento presente que evocan, haciendo que, al margen de la magnitud del contenido encapsulado, aumente la emoción ante la presencia renacida de momentos tan lejanos.

Un proverbio árabe dice: “cuatro cosas hay que nunca vuelven más: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada”. El visionado de esas imágenes supone una especie de lenitivo ante la manida evidencia del no retorno del tiempo pasado, un guiño de lo que ya no es pero todavía se deja ver.

Este pasado verano me llamó la atención una noticia mientras veía un noticiario no recuerdo en qué canal. En dicha información se decía que el archivo fílmico British Pathé facilitaba el acceso, mediante internet, a sus fondos, es decir a imágenes y sonidos grabados entre 1896 y 1976.

La página principal está estructurada en distintas categorías que guardan imágenes de personalidades de la política, de la música, del deporte y de la vida social en general, y que tuvieron, muchos de ellos, gran repercusión en el siglo pasado.

Os encantará encontrar, por ejemplo, documentos estáticos y en movimiento de la primera guerra mundial, de la liberación de París durante la segunda, del asesinato del presidente norteamericano J.F. Kennedy en 1963 y otras joyas históricas.

Se trata de una oportunidad inmejorable para poner voz y rostro a hechos de los que seguramente habéis tenido noticia, y que, en un número importante, han formado parte de vuestro estudio en los últimos años. Asimismo al tener sonido original es posible también que podáis practicar vuestro conocimiento tanto de inglés como de francés.

La dirección de la página es: http://www.britishpathe.com


martes, 4 de octubre de 2011

Tiempo axial


Todos los años al comenzar el curso les advierto a mis alumnos de filosofía, a los de primero y segundo de Bachillerato, que vamos a adentrarnos en la historia del pensamiento Occidental, y así es efectivamente. Igualmente, la exclusión del estudio de la filosofía oriental fue mi experiencia durante los cinco años de carrera –o al menos con los profesores que yo la cursé con una sola excepción-.

Debo reconocer que como docente, en los años de Bachillerato, salvo la breve introducción al hinduismo hecha al hilo de la explicación sobre la filosofía schopenhaueriana, tampoco desarrollo tema alguno sobre pensamiento no occidental.

Este verano estuve leyendo las Analectas de Confucio (realmente una recopilación de su pensamiento recogido por sus discípulos), y a medida que iba adentrándome en sus páginas fui concibiendo la idea de sumar al blog algún comentario sobre su contenido y asimismo sobre el citado hinduismo.

Pues bien, antes de publicar la entrada dedicada al sabio chino, me parece interesante, aunque sea a modo de introducción, hacer referencia a la teoría sostenida por el filósofo alemán K. Jasper (1883-1969) acerca de lo que él denominó tiempo axial y que encontramos en su obra “Origen y meta de la historia” –aunque como él mismo reconoce anteriormente ya otros autores hablaron de ese tiempo axial-.

Esta concepción tendría la finalidad de recoger la idea de la existencia de un tiempo eje que según el propio Jasper “estaría situado en aquel punto de la historia que hubiera dado origen a todo lo que después de él el ser humano ha sido capaz de ser, el punto que hubiera ejercido una más decisiva influencia en la modelación del ser de la humanidad”.

En el interesantísimo artículo “Ensayo sobre el tiempo axial” publicado por el profesor Dr. José Antonio Antón Pacheco (Universidad de Sevilla) en la revista Symbolos, su autor afirma que “entre los siglos VIII y V a.C. (aproximadamente) surge en diferentes zonas de la Humanidad el pensamiento filosófico y religioso del que alguna manera hoy vivimos”.

Por lo tanto hablamos de un lapso de tiempo que incluye, si nos centramos en Occidente, a la filosofía presocrática, a Sócrates y a Platón –aunque este último desarrollara su obra ya en el siglo IV a.C.-. Al margen de ese contexto heleno, tendríamos al citado Confucio y Lao-Tse en China, al persa Zaratustra, al hinduismo que encontramos en sus textos sagrados, y también en la India la figura del ínclito Buda.

Esta teoría trataría según Antón Pacheco de “la emergencia de un pensamiento autorreflexivo, de un sentido ético y político universal, de una noción metafísica de unidad, de un sentimiento religioso de lo Inmutable”. A través de términos como Unidad, pluralidad, inmutabilidad, devenir etc, trataremos en futuras entradas de adentrarnos un poco más en ese pensamiento que normalmente queda al margen de nuestro estudio filosófico tanto a nivel de enseñanzas medias como universitario (repito, al menos cuando yo fui alumno universitario).

viernes, 23 de septiembre de 2011

Resolución del último enigma.



En la entrada del pasado veintisiete de junio os propuse un nuevo enigma, como es habitual había que descubrir el autor del texto y comentar algo sobre su figura. Pues bien, hay que reconocer que lo segundo en el ejemplo que nos ocupa era realmente difícil dada la oscuridad que lo rodea.

El nombre que había que hallar y por el que se conoce al enigmático personaje es el de Pseudo Catón. Primeramente conviene explicar el origen de dicha palabra: el prefijo griego “pseudo” significa falso y era costumbre utilizarlo antes del nombre del autor al que se había atribuido erróneamente una obra, tenemos ejemplos varios para mostrar ese uso (Pseudo Dionisio, Pseudo Longino, Pseudo Plutarco y otros). Así, de este modo, era nombrada la obra apócrifa.

En este caso nos encontramos con una serie de máximas que pertenecen a los llamados Disticha Catonis, la obra de la que estaba entresacado el texto del enigma propuesto. Estos Dícticos de Catón nacieron en torno al siglo III d.C. y su autoría es confusa ya que incluso se piensa que podría haber más de una persona tras el nombre de Pseudo Catón, tal y como señala la profesora Elena González-Blanco García (Universidad de Harvard) en su artículo “Las traducciones romances de los Disticha Catonis”.

El término disticha (dísticos) hace referencia a lo que conocemos en español como pareado. Estas máximas se pensaba que estaban escritas –sin ser hoy seguro- por Catón el Censor (234-149 a.C.) llamado así por desempeñar tal papel en Hispania y denominado asimismo Catón el viejo (para diferenciarlo de su también ilustre bisnieto Catón el joven o de Útica -95-46 a.C.-). Por lo tanto, en este caso lo que parece estar claro es que lo que se realiza en el siglo III d.C. es una recopilación de orientaciones prácticas que ya poseían una importante tradición.

En las sentencias presentadas por el Pseudo Catón, y atribuidos a Catón el Viejo como acabamos de señalar, encontramos tal y como se nos dice en el anteriormente citado artículo “una moral de tipo laico que aporta consejos prácticos sobre el quehacer cotidiano”.´

Debo, para finalizar haceros varias recomendaciones:

- Volver a leer el texto de la entrada del mes de junio.
- Acercaros a la interesantísima “Antología de la poesía latina” que Luis Alberto de Cuenca y Antonio Alvar tienen publicada en Alianza Editorial (número 865 de la “sección clásicos”).

Y por fin también sería muy interesante la lectura del texto de Elena González-Blanco, cuyo enlace es el siguiente:
http://www.ehumanista.ucsb.edu/volumes/volume_09/Articles/2%20Elena%20Gonzales%20Blanco%20Garcia%20Article.pdf



miércoles, 21 de septiembre de 2011

Choque de Clases (artículo de Moisés Naím en el diario El País del 16 de julio de 2011)).


Una vez finalizado el período veraniego, el blog seguirá intentado estimular vuestro interés sobre diversos temas relacionados con la filosofía.
La primera entrada os presenta un artículo del prestigioso analista político Moisés Naím, en éste el columnista de origen venezolano hace una reflexión acerca de las posibles futuras causas de conflictividad social en el mundo. Debo recordaros que los alumnos que ya cursaron primero de Bachillerato están familiarizados ya con las principales ideas de Samuel Huntington que sirven de contrapeso a la posición mantenida por Naím.
Como he advertido habitualmente, las opiniones reflejadas en el blog no pretenden erigirse en verdad absoluta, simplemente significan el punto de origen para lo más importante e interesante, vuestra formación como ciudadanos informados y críticos. Recordad también que el blog es un espacio abierto continuamente a vuestras colaboraciones, y que éstas siempre supondrán un enriquecimiento del mismo.


MOISÉS NAÍM
Choque de clases




La principal fuente de los conflictos venideros no va a ser los choques entre civilizaciones, sino las expectativas frustradas de las clases medias, que declinan en los países ricos y crecen en los países pobres.
La teoría del "choque de civilizaciones", popularizada por Samuel Huntington, mantiene que, una vez agotado el enfrentamiento ideológico entre comunismo y capitalismo, los principales conflictos internacionales surgirán entre países con diferentes identidades culturales y religiosas. "El choque de civilizaciones dominará la política global. Las fallas tectónicas que dividen las civilizaciones definirán los frentes de batalla del futuro", escribió en 1993. Para muchos, los ataques de Al Qaeda y las guerras en Afganistán e Irak confirmaron esta visión. Pero en realidad, lo que ha ocurrido es que los conflictos se han dado más dentro de las civilizaciones que entre ellas. Los piadosos terroristas islámicos han asesinado más musulmanes inocentes que nadie. Y las pugnas entre chiíes y suníes siguen produciendo víctimas, la mayoría musulmanas.
En mi opinión, una fuente mucho más importante de conflictos que los choques entre culturas o religiones serán los cambios en los ingresos de las clases medias en los países ricos -donde están declinando- y en los países pobres -donde están aumentado-. Tanto el aumento como la disminución de los ingresos generan expectativas frustradas que alimentan la inestabilidad social y política.
Los países pobres de rápido crecimiento económico tienen hoy la clase media más numerosa de su historia. Es el caso de Brasil y Botsuana, China, Chile, India e Indonesia, entre otros. Estas nuevas clases medias no son tan prósperas como las de los países desarrollados, pero sus integrantes gozan de un nivel de vida sin precedentes. Mientras tanto, en países como España, Francia o Estados Unidos la situación de la clase media está empeorando. En un millón y medio de familias españolas todos los miembros en edad laboral están desempleados. Solo el 8% de los franceses opina que sus hijos tendrán una vida mejor que ellos. En 2007, el 43% de los estadounidenses aseguraba que su sueldo solo les alcanzaba para llegar a fin de mes. Hoy el 61% dice estar en esta situación.
Por otro lado, las aspiraciones insatisfechas de la clase media china o brasileña son tan políticamente incandescentes como la nueva inseguridad económica de la clase media que está dejando de serlo en España o Italia. Los Gobiernos respectivos se ven sometidos a enormes presiones, ya sea para responder a las crecientes exigencias de la nueva clase media o para contener la caída del nivel de vida de la clase media existente.
Inevitablemente, algunos políticos en los países avanzados aprovecharán este descontento para culpar del deterioro económico al auge de otras naciones. Dirán que los empleos perdidos en EE UU o Europa, o los salarios estancados, se deben a la expansión de China, India o Brasil. Esto no es cierto. Las más rigurosas investigaciones revelan que la pérdida de empleos o la disminución de los salarios en los países desarrollados no se deben al rápido crecimiento de los países emergentes, sino al cambio tecnológico, a una productividad anémica, a la política de impuestos y a otros factores domésticos.
A su vez, en los países pobres, la nueva clase media que ha mejorado su consumo de comida, ropa, medicinas y viviendas rápidamente exigirá más y mejores escuelas, agua, hospitales, transportes y todo tipo de servicios públicos. Chile es uno de los países económicamente más exitosos y políticamente más estables del mundo, y su clase media ha venido creciendo sistemáticamente. No obstante, las protestas callejeras por la mejora de la educación pública son recurrentes. Los chilenos no quieren más escuelas, quieren mejores escuelas. Y para todo gobierno es mucho más fácil construir una escuela que mejorar la calidad de la enseñanza que allí se imparte. En China se dan cada año miles de manifestaciones para reclamar más o mejores servicios públicos. En Túnez, la frustración de la gente derribó al régimen de Ben Ali, a pesar de que es el país con el mejor desempeño económico del norte de África. No existe gobierno alguno que pueda satisfacer las nuevas exigencias de una clase media en auge a la misma velocidad con la que se producen. Ni gobierno que pueda sobrevivir a la furia de una clase media próspera que ve cómo cada día su situación desmejora.
La inestabilidad política causada por estas frustraciones ya es visible en muchos países. Sus consecuencias internacionales aún no son tan obvias. Pero lo serán.

Sígame en Twitter @moisesnaim.




miércoles, 27 de julio de 2011

Cierre provisional -hasta septiembre-.


Debido a las vacaciones veraniegas el blog permanecerá sin publicar ninguna entrada hasta el mes de septiembre; evidentemente sí estará abierto para cualquier tipo de comentario que se quiera añadir.
Os agradezco enormemente a todos el seguimiento que del mismo habéis hecho; espero que a partir del comienzo del siguiente curso académico las nuevas entradas sean de vuestro agrado.
Buen verano.

lunes, 4 de julio de 2011

También somos griegos (artículo de Rafael Rodríguez Prieto).

El pasado sábado en el Diario de Sevilla apareció un interesante artículo titulado "También somos griegos", estaba firmado por Rafael Rodríguez Prieto que es profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla. Me gustaría que ante un tema de tanta actualidad e importancia como el que trata, reflexionarais y, si lo deseáis, escribid un comentario tanto a favor como en contra de las tesis expuestas.



LA TRIBUNA
También somos griegos
RAFAEL RODRÍGUEZ PRIETO ACTUALIZADO 01.07.2011 - 08:04

Días y horas tristes para la democracia en Europa. La situación a la que nos enfrentamos puede asemejarse a la emergencia de los totalitarismos en los años treinta del pasado siglo. Las manifestaciones y el contexto son diferentes, pero los efectos sobre la democracia pueden ser parecidos. La historia demuestra que el liberalismo resuelve sus crisis con el totalitarismo.

La UE, junto con el FMI y las grandes corporaciones, que presionan con gran éxito en las instituciones europeas, han suspendido el Gobierno representativo en Grecia. No se puede mantener un mínimo de rigor y aceptar como democrático un país en el que sus ciudadanos no pueden decidir sobre asuntos trascendentales. La UE ha dinamitado el Parlamento griego con un plan injusto e ineficaz. Grecia habrá aceptado, pero los griegos no.

Injusto e ineficaz porque una vez más pagan los que no tienen responsabilidades importantes en la situación creada y porque, de seguir por esta senda, Grecia jamás saldrá de la crisis. Se convertirá en el heroinómano que necesita cada vez más dosis de la droga que lo mata. El castigo a las rentas medias y bajas limitará el consumo, con lo que la gente y el Estado se endeudarán cada vez más. ¿No decían lo mismo en el primer rescate? Errar es humano, pero persistir en el error es de banqueros y de políticos serviles. Y es que los bancos son los únicos beneficiarios de estas recetas. Es decir, aquellos que son de los mayores responsables del problema son beneficiados descaradamente con la presunta resolución del mismo.

Las agencias de calificación de riesgo, en connivencia dolosa con los bancos, aumentan de manera artificial el riesgo, con lo que el diferencial de la deuda sube y "los mercados" exigen más y más sacrificios a los ciudadanos. Al mismo tiempo, los bancos reciben préstamos del Banco Central Europeo al 1% de interés, para comprar deuda de los estados de la que sacan unos intereses de entre un 7% y un 13%. Eso sí: el Banco Central Europeo no puede prestar a los estados, sólo a los bancos que tienden la soga sobre los servicios públicos. Las corporaciones comprarán a precio de saldo empresas públicas privatizadas y ocuparán el lugar del Estado en servicios públicos como la sanidad o la educación. Grecia terminará endeudándose para pagar los intereses de su deuda. ¿Les suena?

Esto es como si en EEUU, después del crack del 29, en vez de salir de la crisis con medidas de expansión del gasto público, que posibilitaron el aumento de la demanda interna y de los puestos de trabajo, hubieran puesto en marcha el tipo de recetas ya fracasadas en los años 90 en América Latina. Las mismas, por cierto, que quiere imponer la UE a Grecia. ¿Ha parado la emigración latinoamericana a EEUU o Europa? No. En estos estados la concentración de la riqueza ha aumentado y la vida para las clases medias y bajas ha empeorado.

Comienza a oírse un mensaje racista por Europa para justificar todo. PIGS, vagos, etc. Acusan a los ciudadanos de vivir por "encima de sus posibilidades", mientras todos los indicadores muestran el irresistible crecimiento de la renta de los ricos en detrimento del resto de los ciudadanos. Los precios suben y los salarios se estancan o bajan. Estados como Portugal, Grecia o España tienen unos estados del bienestar muy inferiores al resto de los países de la UE. Entre otras cosas, porque en estos estados las rentas altas pagan infinitamente menos impuestos que en otros como Suecia. Así, recaudar, como se pone de manifiesto últimamente desde la Agencia Tributaria, se convierte en una quimera.

Todo el peso termina recayendo en la clase media que cada día se empobrece más, limitando el consumo y, cuando no le queda más remedio, endeudándose con unos intereses abusivos. Eso sí: que no le falte dinero del contribuyente a los bancos. ¿Qué clase de justicia es ésta donde a los culpables no sólo se les exonera de cualquier responsabilidad, sino además se les premia? Salvo milagro, España será intervenida oficialmente. El totalitarismo ya no se nos muestra como un señor bajito con bigote, sino con el lustre que aporta la última corbata de Armani. No se escuchan grandilocuentes discursos o desfiles triunfales. Sólo la machacona y cansina repetición de los mismos mensajes neoliberales procedentes de la mayoría de los departamentos de economía de las universidades, dedicados a justificar la dictadura de los muy ricos. Al debate de ideas oponen el dogma; al razonamiento y contextualización de los problemas, su estadística disfrazada de matemática.

Gramsci dijo que la crisis es el periodo en que lo viejo se está muriendo y lo nuevo está aún por nacer. Los ciudadanos podemos y debemos cambiar esta situación. El 15-M es una base para hacerlo.

jueves, 30 de junio de 2011

Filosofía de la sospecha.


En el temario que imparto a los alumnos de Filosofía del primer curso de Bachillerato se incluyen los nombres de Karl Marx, Sigmund Freud y Friedrich Nietzsche, son estos pensadores a los que el pensador francés Paul Ricoeur (1913-2005) llamó “filósofos de la sospecha”.

Hagamos un breve repaso a lo que sabéis de los mismos para intentar acercarnos al motivo de tal denominación.

En primer lugar en el texto de Marx visto en clase, extraído de la obra “Contribución a la crítica de la economía política”, encontramos la separación que establece a nivel social entre lo meramente material y lo ideológico. Las ideas –las formas de conciencia de un grupo- decía el autor de “El Capital”, esconden tras de sí el dominio que la clase dominante a nivel económico ejerce sobre los oprimidos y desfavorecidos. Marx ubica estas formas de conciencia en lo que conocemos como “superestructura”, ella contendría la moral, el derecho, la religión, la filosofía, el arte etc vigente en un momento concreto de la historia (aunque este último término cabría matizarlo) y en un lugar dado. La superestructura tendría la finalidad de legitimar y mantener la base o estructura de carácter material que condicionaría a la primera. Nos encontramos pues, con la primera sospecha, en este caso acerca del entramado social que impide la emancipación del ser humano: las ideas vienen determinadas por la base económica, hasta que ésta no caiga no existirá ese ansiado, por Marx, cambio social.

Sigmund Freud, ya desde su primera tópica plantea como “lugar fundamental” para comprender la profundidad de la psique humana el inconsciente. En este caso también hablaríamos de cierto determinismo aunque de un tipo distinto al expuesto por Marx. Para comprender nuestra praxis, sobre todo la que se correspondiera con las patologías investigadas por el padre del psicoanálisis, el método consistiría en bucear hermenéuticamente tras las pistas que nos llevaran ante ese “inquilino negro” que guarda las pulsiones atávicas, los conflictos psicológicos, los recuerdos dolorosos quedando así reprimidos. La cultura, y concretamente uno de sus elementos primordiales, como es la moral, será la que provoque dicha represión; la interiorización de las normas morales que nos son inculcadas mediante la educación intentarían –como el sarcófago de acero que recubre el reactor de Chernobyl- impedir la salida al exterior (a la conciencia) del magma primordial del individuo. Aunque de todas formas, al igual que el mencionado sarcófago posee grietas que provocan escapes radiactivos, la censura queda relajada en ocasiones, permitiendo fugas del inconsciente que llegan de forma disfrazada –de ahí la importancia de la interpretación- al consciente en sueños, en distintos tipos de lapsus (linguae, calami, memoriae), asociaciones de ideas etc.

En tercer lugar presentamos el caso de Friedrich Nietzsche y su “sospecha” de que los pilares de la sociedad de su época están levantados sobre el miedo a la vida, sobre el miedo a la naturaleza humana. Es la aversión al cambio, al devenir, al nacimiento-muerte, términos que caracterizan esencialmente lo vital, lo que hizo que se buscara desesperadamente la solución en ese “Ser” (parmenídeo, socrático, platónico, cristiano) que permite la “ficción” de la deshistorización. El “ente realísimo” posee además una dimensión moral que termina de construir esa alienación en la que el hombre auténtico se ha ido diluyendo, empobreciendo, y que ha provocado esa decadencia denunciada por el pensador de Röcken. El hombre, en resumidas cuentas, queda sometido por lo que él mismo creó. Hay que desenmascarar a la tradición, hacer ver que el “mundo verdadero” a nivel ontológico y axiológico es mera fábula, es aquí también donde radica la posibilidad de emancipación del ser humano.

Como conclusión breve y concisa podríamos decir que en los tres casos de los que hablaba Ricoeur habita la sospecha de que la cultura en la que vivieron escondía una naturaleza humana que quedaba así alienada –laboral, psíquica, moral y ontológicamente-.

lunes, 27 de junio de 2011

Un nuevo enigma


En este caso debéis descubrir a quién debemos las siguientes máximas. Asimismo sería interesante que también explicaseis el origen de su nombre.



Si miras la vida de los hombres y luego sus costumbres, cuando culpan a otros, verás que nadie vive sin faltas.

Sé clemente o inflexible, tal como convenga a la situación; el sabio cambia, sin pecar, sus costumbres según el momento.

Cuando des consejos a alguien y él no te haga caso, si te es persona querida, no cejes en tus intentos.

No te molestes en discutir con los charlatanes: la palabra es patrimonio de todos; la sabiduría, de unos pocos.

Cuando alguien te alabe, no olvides ser tu propio juez; cuando de ti se trate, no creas más a otros que a ti mismo.

No dejes de contar a muchos el favor que te hayan hecho, pero los que tú hagas a otros, cállalos.

No reprendas, viejo ya, las palabras y los actos de la mayoría, si no puedes poner como ejemplo lo que tú hiciste de joven.

No temas a aquella que es el límite de la vida; el que teme a la muerte, pierde incluso lo que vive.

Lo que no puedas conceder, no lo prometas en tus palabras; no seas ligero si pretendes ser hombre honrado.

No caigas en la falta que sueles criticar; mal maestro es aquel que comete la falta que corrige.

Procura no litigar con quien vives en paz; la ira genera odio, la concordia alimenta el amor.

No intentes averiguar si los dioses existen y reinan en el cielo; puesto que eres mortal, ocúpate de las cosas mortales.

Abandona el miedo a la muerte; porque es una completa necedad.

sábado, 18 de junio de 2011

La muerte de Ortega y Gasset en la prensa española (II)


Mi querido amigo Eduardo Pinedo tuvo a bien enviar un comentario a la entrada sobre la muerte de Ortega, me ha parecido muy interesante y pienso que merece aparecer como entrada. Os lo dejo, disfrutenlo.



Es de verdadero interés la entrada de Belén Cano. De todos modos, creo, resulta más lacerante la manipulación de que somos objeto en una sociedad "libre" y "democrática" como la actual, pues por lo mismo resulta menos evidente que bajo un totalitarismo y quizás más dañina. De ahí la importancia de los escritos de autores como Noam Chomsky. Merece la pena echar un vistazo a “Las diez estrategias de Manipulación Mediática” que anda por la red.

Volviendo a Ortega, la manipulación de su muerte no pasó desapercibida y fue denunciada desde primera hora por los estudiantes universitarios. El historiador de la filosofía española, J. L. Abellán, en su libro Ortega y Gasset y los orígenes de la transición española (Espasa Calpe, 2000, Madrid) escribe: "a los que entonces éramos estudiantes se nos hizo muy clara la manipulación de los que aseguraban que Ortega había pedido un sacerdote a última hora y recibido los sacramentos. (...) una conversión a última hora hubiera representado un triunfo inconmensurable para aquellos católicos que todavía entendían el apostolado de manera tan superficial y formalista. Ello les hubiera permitido hablar no solo de conversión a última hora, sino hacer un repudio automático de toda su obra, considerándola una frivolidad, como lo demostraba el hecho de que <> el filósofo había vuelto a las creencias de su infancia y de sus padres, asumiendo la tradición católica de su patria y de su pueblo" (pág. 219). Y a continuación relata la indignación que nació entre los estudiantes universitarios, quienes le rindieron su propio homenaje. Le compraron una corona de laurel con la leyenda “A José Ortega y Gasset, filósofo liberal español” y leyeron páginas de algunas de sus obras en el patio de la Universidad Central. Posteriormente llevaron en procesión dicha corona por las calles de Madrid. Y en el cementerio leyeron una carta en el que los estudiantes reconocían la horfandad en la que se habían quedado incluso bastante antes de la muerte del filósofo.

Por lo demás, Ortega fue denostado sin miramientos por su acatolicismo desde el ámbito académico. Una España nacional-católica no podía aceptar que su mejor filósofo prescindiese de las verdades de la fe. J. L. Abellán reproduce un fragmento del Post scriptum del libro del sacerdote Cesáreo Rodríguez, El <> del krausismo frente a la obra gigante de Menéndez Pelayo, publicada en 1961. Dice así: “la Suprema y Sagrada Congregación del Santo Oficio ha dirigido a los rectores de los seminarios y universidades una circular o carta en la que se ordena lo siguiente. 1º. Que las Obras de Ortega sean retiradas de las Bibliotecas de los mentados centros, si aquellas figuran en estas; 2º que de ningún modo tales Obras estén a mano de los alumnos. Como se ve, tal disposición u orden corrobora lo que hemos dicho en páginas anteriores. (...)¡Pero si precisamente Ortega representa y es la negación de toda la obra de Franco, nuestro egregio Caudillo! En fin, los orteguianos de hoy guardan en sí no pocas semejanzas con los “afrancesados” del pasado siglo, pero ideológicamente aún son -¡y ya es decir!- peores. Una de esas semejanzas se cifra en esto: así como en el orden de las ideas los “afrancesados” se impusieron -¡inmenso infortunio para España!- a los heroicos vencedores, así también los orteguianos se esfuerzan tozuda y sectariamente en lograr el triunfo de su perverso ideario, radical antítesis de nuestra gloriosa Cruzada. ¿Volverá a repetirse ahora ese inmenso infortunio?... ¡Alerta, pues, los buenos españoles! ¡Y también alerta, sobre todo, las autoridades: la civil y la eclesiástica! Cuánto habrá que deplorar, si de un golpe no se le cortan sus siete cabezas a la tan perniciosa hidra orteguiana...” (págs. 242-243).

Y es sólo un botón de muestra.

lunes, 13 de junio de 2011

Anacarsis el escita


La pasada semana fallecía en París Jorge Semprún, escritor y político que llegó a ser ministro de cultura en uno de los gobiernos de Felipe González. Siempre en su biografía se ha señalado un momento clave: su estancia en el campo de concentración nazi de Buchenwald, casualmente en donde también estuvo recluido S. Hessel. En uno de los homenajes que estos días se le han tributado a Semprún en la capital francesa, Anne Hidalgo, vicealcaldesa de dicha ciudad y nieta de republicanos españoles, dijo de él: “Me enseñó que se pueden tener dos lenguas maternas, que se puede amar a dos países, sin que eso sea un problema o una tragedia”.

Estas palabras sobre el intelectual español nos van a trasladar hasta la antigua Grecia, y concretamente a la figura de Anacarsis el escita (ss. VII-VI a.C.). Es este un nombre importante en el acervo cultural heleno, hasta tal punto que incluso ocupó, en algunas versiones, el disputado séptimo lugar de entre los famosos siete sabios de Grecia –además aparece citado puntualmente por Platón en el libro X de La República-. ¿Por qué unir la frase de Hidalgo con el sabio de Escitia? Pues porque a este último se le recuerda como alguien que, siendo bárbaro, escapó a encorsetados límites culturales y se adentró en una sociedad distinta –la griega- con el simple ánimo de observar y aprender de la diversidad. En sus palabras críticas casi todo es señalado como diana, parece ser que fue gran conocedor de las reformas de Solón –pilares de la futura democracia ateniense- con quien la tradición une en cercana relación (ver en la selección de textos su opinión sobre las mencionadas reformas).

Anacarsis, aunque con acento bárbaro, aprendió el griego y se sintió cercano a ese pueblo que escrutaba con interés, y no únicamente al ateniense ya que admiraba profundamente el lenguaje conciso y exacto de los lacedemonios o laconios (de este gentilicio procede el término español lacónico).

Sin embargo esa ilustración aprehendida tras su paso por tierras helenas lo condujo a la muerte. En un ejemplo de intolerancia, de rechazo y miedo a lo culturalmente importado, Anacarsis fue muerto por una flecha –disparada por un familiar- mientras daba gracias, según un ritual aprendido en su viaje, por haber llegado sano y salvo de su travesía marítima. Curiosamente en varios de los fragmentos que recogen sus palabras nos dejó la evidencia de su terror a los viajes en barco. El historiador Heródoto narra así su final:

“Al llegar a Escitia, se adentró en la región que lleva el nombre de Hilea... y en esa región celebró con todos sus ritos la fiesta en honor a la diosa; es decir, con un timbal en la mano y con imágenes colgadas del cuerpo. Pero un escita lo vio mientras estaba realizando el ritual e informó al rey Saulio. Se llegó entonces el monarca en persona y al ver a Anacarsis haciendo aquello lo mató de un flechazo. Y en la actualidad si alguien recaba información sobre Anacarsis los escitas dicen que no lo conocen debido simplemente a que viajó hasta Grecia y adoptó costumbres extranjeras” (Heródoto., IV 76-77).

Una muerte, la que padeció Anacarsis, que se antoja galdosiana si pensamos en aquella obra del escritor canario titulada “Doña Perfecta”. Permitidme el salto en el tiempo, por segunda vez en el texto, pero creo que merece la pena recordar la novela del autor insular. En ella Pepe Rey, uno de los protagonistas, nacido en un pequeño pueblo viaja a la capital para realizar sus estudios, de vuelta, ya adulto, se encuentra con una villa que no admite esas nuevas ideas descubiertas en su viaje. El final de la obra ejemplifica el superlativo sentimiento de animadversión ante la nueva concepción del mundo de Pepe Rey, y éste es asesinado por mandato de su tía.

Dos ejemplos de intransigencia ante formas distintas de entender la realidad en un grupo concreto, dos formas de plasmar que desgraciadamente distintas concepciones pueden dar lugar a hostilidades con resultados fatales como en los dos casos citados.

La posición libre y autónoma del escita parece estar detrás del reconocimiento que obtuvo posteriormente por parte de los filósofos cínicos. Estos se veían reflejados en la defensa de lo natural (phýsis) frente a lo convencional (nómos) que defendía Anacarsis –ver en la selección de textos la comparación entre el bufón y el mono-.

Recomiendo encarecidamente el libro de Carlos García Gual titulado “Los siete sabios (y tres más)” que podéis encontrar en Alianza Editorial, me he basado en él para la información que sobre Anacarsis he presentado anteriormente, quisiera finalizar esta entrada con una selección de fragmentos relacionados con el curioso cosmopolita.

(Estobeo, Florilegio, 4, 29-16). Como alguno le echara en cara a Anacarsis ser escita, le dijo: “Lo soy por estirpe, pero no por carácter”.

(Gnomologio Vaticano 17) Como se encontrara él (Anacarsis) jugando a las tabas y le amonestaran diciéndole que por qué jugaba, respondió: “Como los arcos tensados todo el tiempo se quiebran, pero si los aflojan están preparados para su uso en los menesteres de la vida, así también la razón se fatiga de volver siempre sobre las mismas cosas”.

(Ateneo, 14.613 D). Bien se también que Anacarsis el escita en un banquete permaneció serio cuando introdujeron a un bufón, y se echó a reír cuando trajeron a un mono, y dijo que éste es gracioso por naturaleza, y el hombre por oficio.

(Estobeo, Florilegio, 3.2.42). Al preguntarle uno a Anacarsis el escita qué enemigos tienen los humanos, dijo “Ellos de sí mismos”.

(Diógenes Laercio, I 105 = Gnomologio Vaticano). Decía que es mejor tener un solo amigo muy valioso, que muchos que no valen nada.

(Gnomologio Vaticano, 135). Él decía: “Cuando me elogian muchos, entonces pienso que no valgo nada; cuando unos pocos, (que soy) una persona digna”.

(Gnomologio Vaticano 16). El mismo al preguntarle uno por qué los envidiosos andan siempre quejándose, contestó: “Porque no sólo les hieren sus propios males, sino que les afligen también los bienes ajenos”.

(Diógenes Laercio, I 102). Asaeteado por su hermano en una cacería murió, diciendo que por la razón se había salvado entre los griegos y por la envidia perecía en su propio país.

(Diógenes Laercio, I 105). Preguntado qué tienen los hombres bueno y malo, dijo: “La lengua”.

(Plutarco, Solon 5.4). Conque, al preguntarle a Anacarsis, dicen que ridiculizó el empeño de Solón, quien pensaba contener con sus escritos las injusticias y excesos de sus conciudadanos diciendo que (sus leyes) no se diferenciaban de las telas de araña, sino que, como aquéllas, retendrían a los débiles y flojos que cayeran en ellas, pero serían desgarradas por los poderosos y ricos.

(Diógenes Laercio, I 103). Decía que se admiraba de cómo los griegos que fijaban leyes contra los que practicaban la violencia, daban honores a los atletas por pegarse unos a otros.

(Plutarco, Banquete de los siete sabios, 11.154 a). (Acerca de la mejor democracia...) Anacarsis dijo que es aquella en la que, siendo consideradas iguales las demás cosas, lo mejor se define por la virtud y lo peor por el vicio.

(Diógenes Laercio, I 103). Al enterarse de que el espesor del casco de la nave era de cuatro dedos, dijo que eso sólo distan los navegantes de la muerte.

(Diógenes Laercio, I 104). “¿Cómo –decía-, prohibiendo el engañar, en los tratos comerciales se engañan a las claras?”

(Gnomologio Vaticano, 21). Al ser preguntado por uno qué tipo de muerte es más dura, dijo: “La de los afortunados”.

miércoles, 8 de junio de 2011

La muerte de Ortega y Gasset en la prensa española.


Hoy en día nadie duda de la importancia y del papel de la imagen en nuestra sociedad, si esa imagen es la de un rostro todos conocemos el poder de acción que puede llegar a tener. Una cara, un gesto pueden decir y pueden trasmitir sentimientos y emociones diversas. Si además pertenecen a alguien “molesto” en algún círculo político, es habitual que se tienda a ocultar dicha figura –recordemos por ejemplo cómo Trotsky fue borrado de la famosa foto de Lenin en la tribuna arengando a los soldados-. Lo que ocurre con el aspecto físico sirve asimismo para el ideológico, la heterodoxia –no olviden la etimología del termino- es perseguida, ocultada, negada. Obvio es que –aunque no únicamente- estos procedimientos son más claramente observables en regímenes no democráticos.


Después de esta pequeña introducción debemos situarnos en una España que no vivía en libertad, exactamente en la España de octubre de 1955; el día dieciocho de dicho mes falleció en Madrid el ilustre pensador José Ortega y Gasset. Como es bien sabido Ortega apoyó durante un tiempo la II república española –aunque después se distanciara de ella- y además formó parte del grupo de españoles que se exiliaron del franquismo –aunque según muchos por un espacio de tiempo realmente exiguo-.


El régimen dictatorial recelaba claramente de un pensador que en ningún momento había presentado a Dios como la clave de bóveda de su obra y que además políticamente se había identificado con el enemigo. Así, cuando acaeció el óbito, la prensa nacional tuvo que ajustarse a las directrices oficiales como podemos observar en este fragmento de un artículo del periodista gallego Fermín Galindo Arranz, en donde se nos recuerda el tratamiento que la prensa dio la noticia:


La prensa de Bilbao trató la muerte del filósofo conforme a la consigna emitida por el Ministerio de Información y Turismo el dieciocho de octubre de 1955:
"Cada periódico puede publicar hasta tres artículos sobre el fallecimiento de Ortega y Gasset: una biografía y dos comentarios. Todos los artículos sobre la filosofía del escritor han de poner de relieve sus errores en materia religiosa. Podrán publicarse fotografías de la cámara mortuoria en la primera página, de la mascarilla o del cadáver, pero no fotografías de Ortega en vida".


(Galindo Arranz, Fermín (1999): La muerte de Ortega, en la prensa de Bilbao. Revista Latina de Comunicación Social, 13.)


Como podéis observar, en la misiva del Ministerio de Información y Turismo encontramos los dos ámbitos a combatir; el puramente físico y el ideológico. Es importante reseñar en el primero de los mismos cómo se niega la posibilidad de reproducir una imagen de Ortega vivo, había que recalcar la “desaparición” del intelectual, el fin del mismo. Una vez evidenciada su desactivación vital se procedía a la filosófica, Ortega había muerto –ya no estaba- y además había que ajustar cuentas con su pensamiento, éste tenía que ser corregido, puesto en su lugar. Incluso más adelante en el texto de Galindo Arranz observamos cómo la información ortodoxa hacía hincapié, en concreto el diario Ya, en una supuesta –al parecer nunca confirmada, y presumiblemente falsa- reconciliación del filósofo con la religión cristiana:


Madrid- Con el título "Ortega y Gasset se reconcilia con la Iglesia", el periódico "Ya" publica esta mañana la siguiente información: "El estado de salud de don José Ortega y Gasset decayó algo el sábado pasado, pero el domingo al mediodía volvía a experimentar, dentro siempre de la persistencia y alarmante gravedad, una ligera mejoría. Con todo, el lunes por la tarde, la gravedad se acentúo y el ilustre paciente, al que rodean su esposa e hijos y contados discípulos y amigos, mostró deseos de reconciliarse con la Iglesia y según nuestras noticias, se confesó con el padre Félix García, con quien en los últimos tiempos mantenía contacto y amistad".


Galindo Arranz, Fermín (1999): La muerte de Ortega, en la prensa de Bilbao. Revista Latina de Comunicación Social, 13.)


Aquí os dejo el enlace directo a la portada de ABC de Madrid del 19 de octubre de 1955. En ella aparece la máscara mortuoria de Ortega, cumpliendo así con las medidas impuestas por el Ministerio citado anteriormente.

http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1955/10/19/001.html


lunes, 30 de mayo de 2011

Entrevista a Hessel.


Os dejo el enlace para acceder a la entrevista a S. Hessel que ayer fue publicada. Hessel es el autor del librito ¡Indignaos! –ver entrada dedicada al mismo en este blog- que se encuentra en la cabecera del actual movimiento del 15 M.

http://www.elpais.com/articulo/portada/Hessel/indignacion/debe/ir/seguida/compromiso/elpepucul/20110529elpepspor_8/Tes


jueves, 26 de mayo de 2011

Mi último suspiro (el de Luis Buñuel, no el mío).


Hace pocas semanas me llevé una grata sorpresa mientras veía libros en un establecimiento del centro de la ciudad. Entre las obras que estaba hojeando encontré un título muy significativo en mis recuerdos de instituto, me estoy refiriendo a “Mi último suspiro” de Luis Buñuel, el famoso cineasta aragonés que vivió entre los años 1900 y 1983. Sus páginas encierran los recuerdos, que ya octogenario va desgranando durante las conversaciones con Jean Claude Carrière, uno de sus grandes colaboradores.

Como reconoce al comienzo, la amnesia que le acompaña desde los setenta años sirvió para que valorase convenientemente el tesoro de vivencias y nombres que habitaba en su cabeza, y antes de que la pérdida total de recuerdos acabase con su identidad, decidió la oportunidad de condensarlas en las trescientas páginas que conforman la obra.

La lectura de Mi último suspiro va evidenciando ciertas características del artista, como por ejemplo la de que Buñuel fue un gran amante de la vida y que sus vicisitudes muestran un personaje extraordinariamente interesante que vivió muy de cerca ambientes políticos y artísticos de primera magnitud. Los recuerdos de infancia, entre los que destacan los de Calanda, el pueblo donde nació y que marcó sus primeros años, nos trasladan a una España gris, de grandes privaciones –no en el caso del protagonista, que nació en una familia acaudalada- que el director de cine describe como si se desde la Edad Media casi nada hubiera cambiado –como la comarca de Las Hurdes que años después protagonizó la dura cinta filmada por el aragonés.

Tras narrar sus primeros estudios llega unos de los puntos centrales de sus recuerdos, sus vivencias en la famosa Residencia de Estudiantes, donde trabaría amistad con personajes del renombre de Federico García Lorca, Salvador Dalí o Rafael Alberti. Reviste gran interés la posibilidad de acercarse a estos artistas en su época de juventud, en un momento en el que estaban llenos de proyectos y ser testigos de esas relaciones de amistad que pasaban por unos momentos de unión fraternal y otros de importantes desavenencias que aparecen recubiertos por el cineasta de un permanente halo de genialidad.

En París entrará en contacto con los surrealistas, el propio Buñuel sintetiza en pocas palabras el denominador común que unía a los miembros de dicha vanguardia “(…) ciertas personas que utilizaban ya una forma de expresión instintiva e irracional”. Resulta muy refrescante desde la perspectiva actual leer acerca de las ideas y obras de este grupo de artistas, que se intentaban alejar cuanto se pudiera de lo “estereotipado socialmente” de lo “convencional”. Aunque bien es verdad que nuestro protagonista ya en edad avanzada trazaba una comparación entre surrealistas y los ideólogos del mayo francés de 1968, reconociendo que tanto unos como otros quizás hablaron mucho y actuaron poco.

Fue la primera película de Buñuel “Un perro andaluz” la llave que le abrió las puertas del círculo surrealista, en donde se encontraban André Breton, Paul Eluard, Max Ernst etc. Al enorme éxito de esta primera cinta siguió el escándalo provocado por la segunda “La edad de oro”.

La vida del “sordo de Calanda” se movió desde entonces entre Francia, EEUU, México (magnífico elenco de películas las allí rodadas por Buñuel) y los periodos -pocos- en los que regresó a España, durante unos de ellos dirigió una de sus mejores películas “Viridiana” que fue galardonada con la palma de oro en el festival de Cannes. Hablando de galardones también añadir a su palmarés el óscar a la mejor película extranjera por “El discreto encanto de la burguesía”.

En “Mi último suspiro” también encontramos un recorrido más o menos detallado por toda su filmografía a la par que un recuento de los lugares, personas y experiencias que mayor huella dejaron en este artista universal.

Como siempre, deciros que os recomiendo encarecidamente la lectura de este libro, de la editorial DEBOLS!LLO, de amenísima lectura y precio más que económico –ocho euritos-.

jueves, 12 de mayo de 2011

Otro pequeño enigma (Hume y Rousseau).


En este caso me gustaría que buscarais información acerca de la relación que mantuvieron, en la década de los sesenta del siglo XVIII, los filósofos David Hume y Jean Jacques Rousseau.

Espero que alguien se anime y comparta la mencionada información a través de un comentario en el blog, dando si quiere su visión personal sobre los hechos.

martes, 10 de mayo de 2011

Vídeo Camus (y VI)

Vídeo Camus (V)

Vídeo Camus (IV)

Vídeo Camus (III)

Vídeo Camus (II)

Vídeo sobre Albert Camus.

El pasado año publiqué una entrada sobre "El primer hombre" obra inconclusa escrita por Albert Camus. El libro es el resultado de la ordenación de los manuscritos con los que viajaba el escritor cuando falleció en accidente de coche en enero de 1960. Hace poco en youtube descubrí una serie de vídeos sobre él. Merecen la pena ser vistos.


Simplemente por una cuestión de espacio debo dividirlos en varias entradas, en esta primera incluyo el primero de ellos.


jueves, 28 de abril de 2011

Paseo reflexivo.

































Quienes conozcan la playa de la Puntilla en el Puerto Santa María (Cádiz) quizás hayan reparado en que en su paseo marítimo, al lado del restaurante “El Castillito” –donde se come de escándalo todo sea dicho- nos encontramos con toda una muestra del proverbial saber latino acerca de la condición humana. Las fotos que abren este comentario, y que realicé hace pocos años, dan fe de ello. Teniendo a un lado los pinos de las dunas de San Antón y al otro el mar, el caminante puede disfrutar de la meditación propiciada por la lectura de las leyendas con las que se encuentra en cierto punto de su andar.



En la anterior entrada traje a colación la expresión memento vivere, subrayando esa costumbre de añadir dicha sentencia en los relojes como reflejo de su esencia. A ello hay que sumar que también era igualmente habitual usar otra máxima, asimismo categórica, sobre nuestra existencia: Tempus fugit.




Precisamente tempus fugit (el tiempo se escapa) es una de las cuatro frases que podemos encontrar en la pirámide trapezoidal sita en la playa citada anteriormente. Es otro modo de espolearnos a la reflexión existencial de la que hablé en aquella ocasión. Las otras tres frases que ocupan el resto de caras de la figura geométrica son:




1) Carpe diem.



2) Opera manent.



3) Futurum incertum.




Carpe diem es una conocida expresión que suele traducirse como un llamamiento a aprovechar el presente, la frase completa que aparece en una de las Odas del poeta Horacio (65 a.C.-8 a.C.) es "carpe diem, quam minimum credula postrero" es decir "aprovecha el día de hoy, no confíes en el mañana".



El significado de opera manent es "las obras permanecen", pero realmente cobra un sentido más profundo cuando dicha permanencia se contrapone a la fugacidad del hombre, "Homo finit, opera manent" frente al breve paso del hombre por la vida, la permanencia de las obras.





Futurum incertum; la incertidumbre que envuelve nuestro futuro también tiene su sitio en la pirámide. Al margen del nivel ontológico que se le pueda dar a nuestros recuerdos y a nuestros anhelos y proyecciones al futuro, lo que se nos transmite al leer "Tempus praeteritum nihil futurum incertum" (el pasado nada es y el futuro es incierto) es que únicamente como verdaderamente real poseemos el presente. El tiempo pasado ya una vez consumido -como las velas del poema de K. P. Kavafis- ya no está, ya no es, ya no podemos operar verdaderamente sobre él -como se suele decir lo hecho hecho está (y lo no hecho ....)- obviando, claro está las modificaciones que sobre el mismo la memoria practica.





Como podéis apreciar, el tránsito por el paseo de la Puntilla puede invitarnos a sentir la profundidad que acompaña al intento de comprensión de la experiencia que del tiempo tenemos. Las frases citadas -que están íntimamente ligadas- nos incitan a quitarnos las vendas y a interiorizar el valor del devenir para conseguir acercarnos lo más posible a la autenticidad.



viernes, 22 de abril de 2011

Memento vivere


La posesión de lo que llamamos conciencia es sin duda la especificidad por antonomasia del hombre, es decir, que en nosotros habite la potencialidad del ensimismamiento y llegar –si se desea- a escudriñar, a analizar lo que llamamos ser, lo que llamamos vivir. Precisamente la actualización de esta posibilidad se convierte en una de las líneas que separaría según diversos pensadores la denominada vida autentica de la inauténtica.

En ese comprendernos aparece como figura clave y decisiva el tiempo –como le leí en una ocasión no sé a quién: “Él (lo divino y trascendente) es él (el tiempo)”. Desde épocas remotas el hombre ha intentado mensurar, medir el devenir, a la par que también nosotros pensamos que el tiempo nos mensura (en su acepción de juicio) a nosotros.

Ya fuera bajo la concepción de una historia circular o desde el prisma del segmento que nos habla de un principio y un fin, ahí ha estado perenne el deseo de hacer tangible el silencio que parece ser el protagonista de la caducidad de todo lo que existe.

Como resultado último de esa búsqueda tenemos el reloj tal y como lo conocemos, instrumento que muchos llevamos en nuestra muñeca, quedando así anillados con nuestro marcador incansable que nunca se detiene. Digo que nunca se detiene porque un reloj parado es como un esclavo que se alza, como un peón condenado que se rebela y se niega a realizar la tarea para la que lo hemos confeccionado: medir el tiempo incesante.

Hay una tradición que consiste en incluir entre los adornos del reloj frases relacionadas con la función del mismo y que a la vez inspiren en nosotros el profundo sentimiento nos llega a través de la comprensión del hacer del objeto en el que se inscribe.

Una de ellas es memento vivere (recuerda que has de vivir), en este caso ese acto cotidiano que llamamos “mirar la hora” llevaría en él la exhortación a aprovechar ese tiempo que el reloj nos hace visible como objetiva y uniformemente fluyente. En cada mirada hacia sus agujas deberíamos –esa sería realmente su mensaje- dotar de la necesaria solemnidad a su rítmico paso y que este nos sirviera de acicate (en su sentido primigenio de espuela) para aprovechar como irrepetible cada momento de nuestra existencia.

La semana pasada asistí en el teatro Lope de Vega a un concierto del cantautor Ismael Serrano, dicha actuación formaba parte de su gira “Acuérdate de vivir”. El reflexionar sobre esa expresión es lo que ha originado mi entrada de hoy. Mi conocimiento de la discografía de Serrano no es muy profunda ni mucho menos –aunque este ha sido el tercer concierto suyo al que he asistido (2003, 2005 y 2011)- de todas formas os recomiendo –en el caso de que no lo conozcáis- que le prestéis atención a sus letras.

Os dejo estos cuatro videos para que lo escuchéis tranquilamente.

Por cierto Jean Paul Sartre es citado en una de ellas.







jueves, 14 de abril de 2011

Ley antiburka.

El pasado lunes 11 de abril entró en vigor en Francia la ley denominada popularmente antiburka, según la cual queda terminantemente prohibido en lugares públicos el uso del velo integral (niqab y burka) por parte de la mujer -evidentemente sabemos que se trata de una prenda musulmana-. Las respuestas no se han hecho esperar y tanto defensores como detractores de la medida –en mayor número los segundos parece ser- se han lanzado a fundamentar sus posturas.

Asimismo también ha merecido una importante reflexión la convención celebrada la semana pasada en París sobre la laicidad -en donde se plantearon otras medidas tmbién relacionadas con prácticas claramente vinculadas al islam-, valor éste (la laicidad) que se entiende como una de las señas de identidad de la república francesa. El motivo de la polémica reside en que para muchos la verdadera intención del partido de Nicolás Sarkozy no era la explicitada, sino más bien estigmatizar el islam y a la par conseguir un claro objetivo político.

Ese objetivo estaría relacionado con la marcha descendente de Sarkozy en las encuestas de cara a las elecciones presidenciales del próximo año, mientras que el partido de ultraderecha Frente Nacional conducido actualmente por Marine Le Pen sube de tal modo en intención de voto que amenaza con repetir la “hazaña” de 2002, por tanto se vería como un modo de apropiarse -por parte del partido UMP de Sarkozy- de parte del electorado ultra, tal y como han señalado algunos medios de comunicación.


En la mencionada convención se habló acerca de la posibilidad que ciertas costumbres (asociadas al islam) terminaran socavando principios fundamentales de la convivencia en la laica sociedad gala. Sin embargo, repito, el número de voces discrepantes con la reunión no fue en absoluto reducido, e incluso dentro del partido del presidente ha habido opiniones contrarias, entre otros motivos por creer que se exageraba un problema absolutamente irrelevante –según el periódico Público únicamente el 0’0062% de las mujeres francesas lleva un velo integral y la mayoría vive en islas francesas de tradición musulmana-.

Según he leído en la prensa, algunos de los usos que se pretenden regular son: el rezo en la calle, el rito musulmán de sacrificio animal, el respeto del ayuno en horario laboral, la financiación de centros religiosos etc. En fin una heterogénea lista que ha encabezado cronológicamente la mencionada prohibición del uso del velo integral.

Como podéis entender no debo pronunciarme en este foro sobre el tema, pero, como siempre, os invito a que sí lo hagáis ustedes.


Artículo de Gabriel Albiac (ABC 13-IV-2011).




viernes, 8 de abril de 2011

La felicidad.

Desde el nacimiento de este blog tuve el deseo de que los lectores del mismo también contribuyeran mandándome escritos para su posterior publicación. Ese deseo se ha visto realizado gracias a Daniel Ruiz, que actualmente cursa el primer año de Bachillerato en Escuelas Francesas. Él ha querido colaborar con una reflexión acerca de un tema fundamental para cada ser humano: la felicidad.

Espero que esta colaboración no sea la última y que os animéis a escribir y compartir el producto de vuestros pensamientos.


La felicidad


Todos nos hemos preguntado cómo alcanzar ese bien tan preciado, esa eudaimonía griega, ese sentimiento que nos hace sonreír y que nos hace pensar que todo va bien y que nada puede salir mal, ese cosquilleo en el estómago del que nace una carcajada sincera y radiante. Ese efímero bien que sólo se muestra en ocasiones contadas y que, siendo el más necesario, es también el más difícil de conseguir. La respuesta no es fácil, y no es definitiva, pero hay una serie de pasos que, bien realizados, desde el corazón y con el apoyo de la razón, pueden llevarnos a conseguir la felicidad. El primer paso hacia la felicidad consiste en lo siguiente: no desesperes. Por muy mal que te vayan las cosas, siempre pueden irte peor, y por supuesto, toda situación mejora con el tiempo. El primer bien necesario es la virtud de la esperanza. En segundo lugar: no te dejes llevar. Haz lo que creas que es correcto, y no lo que los demás esperan de ti; eso sí, nunca olvides ser sensato y reflexionar las cosas dos veces antes de hacerlas. Es el bien de la autonomía y el autojuicio moral: debes ser tú quien juzgue tus propias acciones. En tercer lugar: cuidado con las consecuencias. Debes saber que eres libre y dueño de ti mismo, pero también que tus acciones tienen una serie de consecuencias de las que eres responsable directo. Es el bien de la responsabilidad.

Otra cosa a tener en cuenta sería el hecho de que tú eres libre de hacer lo que quieras, pero que tu libertad acaba donde empieza la de los demás: no puedes pisotear ni someter a nadie, ni obligarle a hacer algo que no quiere. Todos somos libres, y debemos respetar nuestras fronteras; y aquí también entra el respeto hacia los demás, el no menospreciarlos, el saber que son personas como tú, con derecho a la libertad y a la felicidad.

Una vez que tienes todo esto en cuenta, sólo te queda una cosa: sé libre. Haz lo que quieras y lo que creas correcto. Ama a los demás; la felicidad se basa en el amor y el respeto a los demás, en tratarlos como tú quisieras que ellos te tratasen así, y en saber que, si los demás son agradecidos, te recompensarán con su amistad y con la felicidad que ello provoca. Sabrán ver el esfuerzo volcado y sentirán la necesidad de devolverlo, de compensarte por ser…tú mismo. Sólo debes ser tú mismo, y comportarte con los demás de forma acorde a tu naturaleza sin dejar de respetarles.

Es fácilmente imaginable la respuesta de alguien a este planteamiento: “¿Y si no lo consigo, qué?” ¿Que los demás no te lo devuelven? ¿Que los demás no se comportan igual contigo? No pasa nada; en primer lugar, entre las muchas personas que cada uno conoce siempre habrá, por desgracia, alguien con quien no congeniemos o que no nos soporte y sea borde y estúpido. La respuesta: no le eches más cuenta a ese tipo de personas; si no saben ver a la persona que tienen delante, no se merecen que te preocupes más por ellos, y sólo debes alejarte de ellos. Y en segundo lugar, acércate a las personas que de verdad se lo merecen; pero hay algo que no debes olvidar: el ser humano no sólo se juzga a sí mismo, también juzga a los demás, por lo que si vas a juzgar a alguien, hazlo igual que harías contigo mismo: de forma sensata y razonable, y crítica acorde a una ley moral. ¿Qué ley moral? El respeto a los demás y a ti mismo. Es un camino largo y duro, pero recompensa. Tampoco es un éxito inmediato, pero poco a poco, con el paso del tiempo y de los años, se puede conseguir progresivamente. Además, no es sólo un éxito al nivel sensible de felicidad: este tipo de comportamientos produce una agradable sensación de sentirse bien con uno mismo, de estar en armonía con tu propio interior, y poco a poco, de estar en armonía con los demás.

Espero que estos consejos no caigan en saco roto, pero sobre todo, espero que os ayuden y que seáis felices algún día; felices de verdad, felices de corazón y mente. Comentario realizado por: Daniel Ruiz Alfonso, 1º Bach.

lunes, 4 de abril de 2011

Reivindicación de la política

En los actuales planes de estudio desde el departamento de filosofía se puede realizar un plan de trabajo a cuatro años vista, comenzando en el tercer curso de E.S.O. y finalizando en segundo de Bachillerato. En el primer curso citado se imparte la materia de Educación para la ciudadanía, posteriormente, el año siguiente, Educación ético-cívica, en primero de Bachillerato Filosofía y ciudadanía y en segundo Historia de la Filosofía.

No voy a entrar a considerar en este momento los distintos ataques sufridos por la materia del tercer curso de secundaria, no es mi propósito en esta entrada, ésta lo que pretende simplemente es servir para presentar mi opinión acerca de las posibilidades de estas asignaturas y a la vez para recomendaros una, desde mi punto de vista, interesante lectura.

Durante estos últimos cuatro años he intentado hacerles ver a los alumnos de Educación para la Ciudadanía que, quizás, el principal objetivo que deben perseguir es comprender el mundo en el que viven, eso sí siempre a través de una pluralidad de cauces que le permitan ir desarrollando un criterio lo más autónomo posible. El no comprender la circunstancia que nos ha tocado vivir es perderse irremisiblemente en ella, no saber a qué atenerse –como señalaba Ortega-.

La comprensión del mundo actual desde nuestra posición de panobservadores –o al menos de lo que nos muestran los medios de comunicación- nos obliga a detenernos en cada una de las capas –cual cebolla- que lo conforman. El ámbito local, autonómico, nacional, supranacional (Unión Europea) y por fin la asimilación de la “aldea global” deben armonizarse y estructurar lo que el alumno llamará “mi realidad”, “mi mundo”.

Hace unos meses se publicó en papel una entrevista que el periodista Lluís Bassets le realizó a Javier Solana con el título “Reivindicación de la política” y que podéis encontrar en la editorial Debate. Lo primero que me gustaría reseñar es que en la obra lo fundamental, no es estar de acuerdo o no con todo lo expuesto por el protagonista –eso ya será una cuestión privada-, lo importante es que a través de sus palabras seremos espectadores de una época histórica fascinante para nuestro país, para Europa y para el mundo.

Los distintos cargos detentados por Solana desde 1982 lo convierten en una de las personas que con mayor cercanía vivieron una época que cambió el universo de los españoles, de los europeos y de la mayor parte del mundo. Siendo presidente del gobierno Felipe González fue ministro de Cultura, de Educación y Ciencia y de Exteriores. En 1995 fue elegido Secretario General de la O.T.A.N. y en 1999 se convirtió en el primer Alto Represente de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad Común –por lo que fue llamado Mr. Pesc- y Secretario General del Consejo de Europa. Una trayectoria envidiable, que le hizo estar en primera línea política durante ventisiete años.

En la entrevista se radiografía la España de principio de los años 80, el ingreso en la O.T.A.N. y la U.E., los principales conflictos de las dos últimas décadas del siglo XX; donde encontramos el fin del mundo bipolar con la caída del muro de Berlín y el espanto de la antigua Yugoslavia entre otros hechos. Posteriormente el 11-S y todos los efectos asociados a esta fecha, repasando los interlocutores asimismo los grandes retos del nuevo milenio.


Se podrán tener diversas opiniones sobre nuestro "hoy" -heredero evidentemente de un pasado- pero, eso sí, siempre deben sustentarse en el conocimiento más completo posible del mismo, y creo que este libro os puede ayudar en parte a ello.