En este caso debéis descubrir a quién debemos las siguientes máximas. Asimismo sería interesante que también explicaseis el origen de su nombre.
Si miras la vida de los hombres y luego sus costumbres, cuando culpan a otros, verás que nadie vive sin faltas.
Sé clemente o inflexible, tal como convenga a la situación; el sabio cambia, sin pecar, sus costumbres según el momento.
Cuando des consejos a alguien y él no te haga caso, si te es persona querida, no cejes en tus intentos.
No te molestes en discutir con los charlatanes: la palabra es patrimonio de todos; la sabiduría, de unos pocos.
Cuando alguien te alabe, no olvides ser tu propio juez; cuando de ti se trate, no creas más a otros que a ti mismo.
No dejes de contar a muchos el favor que te hayan hecho, pero los que tú hagas a otros, cállalos.
No reprendas, viejo ya, las palabras y los actos de la mayoría, si no puedes poner como ejemplo lo que tú hiciste de joven.
No temas a aquella que es el límite de la vida; el que teme a la muerte, pierde incluso lo que vive.
Lo que no puedas conceder, no lo prometas en tus palabras; no seas ligero si pretendes ser hombre honrado.
No caigas en la falta que sueles criticar; mal maestro es aquel que comete la falta que corrige.
Procura no litigar con quien vives en paz; la ira genera odio, la concordia alimenta el amor.
No intentes averiguar si los dioses existen y reinan en el cielo; puesto que eres mortal, ocúpate de las cosas mortales.
Abandona el miedo a la muerte; porque es una completa necedad.
Sé clemente o inflexible, tal como convenga a la situación; el sabio cambia, sin pecar, sus costumbres según el momento.
Cuando des consejos a alguien y él no te haga caso, si te es persona querida, no cejes en tus intentos.
No te molestes en discutir con los charlatanes: la palabra es patrimonio de todos; la sabiduría, de unos pocos.
Cuando alguien te alabe, no olvides ser tu propio juez; cuando de ti se trate, no creas más a otros que a ti mismo.
No dejes de contar a muchos el favor que te hayan hecho, pero los que tú hagas a otros, cállalos.
No reprendas, viejo ya, las palabras y los actos de la mayoría, si no puedes poner como ejemplo lo que tú hiciste de joven.
No temas a aquella que es el límite de la vida; el que teme a la muerte, pierde incluso lo que vive.
Lo que no puedas conceder, no lo prometas en tus palabras; no seas ligero si pretendes ser hombre honrado.
No caigas en la falta que sueles criticar; mal maestro es aquel que comete la falta que corrige.
Procura no litigar con quien vives en paz; la ira genera odio, la concordia alimenta el amor.
No intentes averiguar si los dioses existen y reinan en el cielo; puesto que eres mortal, ocúpate de las cosas mortales.
Abandona el miedo a la muerte; porque es una completa necedad.
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