viernes, 31 de diciembre de 2010

Fin de año.

Como despedida de este año 2010, y a la espera de lo que nos pueda deparar el siguiente, quiero dejaros una pieza del requiem de Mozart -el dies irae- como imagen de estos doce meses, que a nivel mundial han sido ciertamente convulsos (y pido disculpas por el eurocentrismo, ya que hay lugares en los que desgraciadamente siempre lo son).

Asimismo añado el conocido movimiento de la novena de L. v. Beethoven inspirado en la Oda a la Libertad escrita por el poeta Friedrich von Schiller, que actualmente es himno de Europa –interpretada por orquesta y en la conocida de Miguel R.-.

Esta segunda pieza quiero que transmita esa seguridad de que todos los problemas que hoy parecen irresolubles tienen su posible desenlace satisfactorio –siempre y cuando los responsables principales se embarguen del deseo del bien mayoritario, y no reflexionen al modo que nos hacen ver los papeles del cablegate-.

Aprovecho para desear un muy feliz 2011 a todos mis alumnos/as y ex alumnos/as.

http://www.youtube.com/watch?v=pqaARDsiJv4


http://www.youtube.com/watch?v=8R3Ki6aqlv4


http://www.youtube.com/watch?v=eyU0H9Qk1es


Feliz año a todos.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Caligari



Entre 1919 y 1920 Robert Wiene dirige El gabinete del Dr. Caligari, unos de los títulos iconos del cine alemán del período que va desde el armisticio de 1918 hasta la llegada de A. Hitler al poder en enero de 1933.

El motivo de recordar esta película estriba en la interesantísima historia que se esconde tras su gestación; las biografías de sus guionistas Hans Janowitz y Carl Mayer nos retratan una época histórica dura y difícil que fue el contexto en el que se moldearon dos ingeniosas e imaginativas miradas artísticas, que quisieron utilizar el nuevo arte para hacer llegar su visión acerca del poder y del mal.

Para presentaros la historia a la que me refiero voy a basarme en la completísima información sobre la misma que podemos encontrar en la obra del polifacético Siegfried Kracauer cuyo título reza De Caligari a Hitler. En sus páginas hallamos el recuerdo de un joven Janowitz que quedó fuertemente impresionado por un crimen acaecido en su ciudad. La noche que se produjo el luctuoso hecho él había estado buscando a una chica por la que se había sentido atraído y en su interesado caminar, cuando creía estar cerca de ella, se cruzó con la misteriosa sombra de un hombre. Él siempre estuvo seguro que esa joven que lo había cautivado había sido la mujer asesinada y que la inquietante sombra correspondía a su asesino.

Por su parte Carl Mayer vivió una adolescencia realmente difícil, ya que su padre, tras arruinarse totalmente, echó de casa a Mayer y a sus tres hermanos pequeños de los cuales tuvo que hacerse cargo.

Con la llegada de la I guerra mundial, Janowitz se convierte en oficial de infantería, mientras que Mayer se ve sometido a distintos estudios psiquiátricos por parte del estamento militar –de ahí su aversión hacia los psiquiatras. La contienda dejará sus huellas en ambos: un radical sentimiento pacifista y una desconfianza atroz hacia el poder que abusa de su autoridad con el único fin de la consecución de sus intereses, ajenos al bien común, haciendo caso omiso de los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Pues bien, la suma de ambas biografías generará una historia asombrosa y mucho más profunda de lo que pudiera parecer en un primer momento. El guión original del film presenta la historia de un feriante que llega a la ficticia ciudad de Holstenwall para solicitar permiso para presentar su atracción: el sonámbulo Cesare, que en estado de sopor es capaz de adivinar el futuro.
Dicho permiso es denegado y el responsable de la negativa aparece asesinado la mañana siguiente. Este será el primero de una serie de crímenes, de la que la trama del guión original hará culpable a Cesare, el sonámbulo. Sin embargo, este personaje es visto finalmente como una víctima inocente, ya que es Caligari con su poder hipnótico el que domina la mente de Cesare haciendo que éste consuma los asesinatos.
Finalmente Cesare muere, y Caligari huye hacia un psiquiátrico donde se refugia, cuando es encontrado llega una nueva sorpresa: Caligari es el director del mencionado hospital.

El mensaje de la idea original es de una enorme belleza simbólica, el Dr. Caligari representaría a la omnipotencia del poder imperial – el Reich- sobre los ciudadanos, hasta tal punto que los convierte en una máquina de matar –como ocurrió en la I guerra mundial-. Los ciudadanos están encarnados, subsumidos bajo el personaje de Cesare, un sonámbulo –es decir alguien que carece de conciencia de sus actos- que mata pero dominado, obligado y dirigido por su amo -el Imperio-.

Obvio, para no alargar en exceso la entrada, todo aquello que provocó un cambio con respecto a lo narrado hasta ahora, cuando finalmente se filma la película. En la versión definitiva se introducen dos nuevas escenas, una al comienzo y otra al final, ambas se desarrollan en el psiquiátrico mencionado anteriormente, pero ahora todo cambia. El personaje que relata la historia aparece como un enajenado mental, como un enfermo del hospital, dándole al trasfondo crítico del guion la categoría de delirio de un loco.

Aunque Kracauer sugiere que todavía es posible encontrar el lado subversivo de la cinta tal y como llegó a las pantallas, Janowitz y Mayer protestaron enérgicamente contra la mutilación de su idea primigenia. Es muy interesante analizar el enfado de ambos artistas, ellos eran conscientes de que el discurso irracional del demente hacía entender toda la película como una fantasía, como una alucinación. No olvidemos que en diversos regímenes totalitarios se ha tendido a transformar al disidente, al heterodoxo, en un enfermo mental que tergiversa la verdadera realidad que sí es captada por el régimen que detenta el poder. Desgraciadamente son muchas las personas que han sufrido internamientos y tratamientos médicos simplemente por pensar de forma distinta, por mantener otra perspectiva, y por ende no coincidente con la oficial.

Bien, podríamos seguir ahondando en torno a este asunto, pero eso me gustaría que lo hiciérais ustedes. Pinchando el siguiente enlace de youtube podéis acceder al film íntegro.

http://www.youtube.com/watch?v=xrg73BUxJLI





lunes, 13 de diciembre de 2010

Wikileaks

Convendrán conmigo en que todo lo que rodea al fenómeno Wikileaks se va tornando, a medida que pasan los días, en un asunto tan fascinante como aterrador. Si recordamos la palabra que usaban los pensadores de la Grecia antigua para referirse a la verdad, es decir el vocablo "alhtheia" nos encontramos con la identificación entre lo cierto y lo que se desoculta, lo que sale de su invisibilidad.
Todavía es muy pronto para analizar con la distancia -tan necesaria para el historiador- el fenómeno personificado por el hoy reo Julian Assange, pero el desocultamiento de esa cantidad ingente de información, que ha hecho que observemos la tramoya de la política mundial, es un hito que se antoja digno de una atención sobresaliente por todos nosotros.
Porque además, si ya no fuera suficiente con la publicación de esa posible verdadera verdad, hemos asistido estupefactos en los últimos días a una guerra virtual que encaja perfectamente con la sociedad del siglo XXI del mundo desarrollado (sic) en el que vivimos, me refiero claro está a toda esa presión, en forma de ahogo económico, que se ha ido sometiendo al portal de internet y a su cabeza visible, que después se ha visto respondida por los ataques del colectivo que se "oculta" tras el nombre de Anonymous, y que ha seguido con las respuestas de las dos principales redes sociales que han cancelado las cuentas en las que se desarrollaban la llamada Operation Payback (operación venganza) -en Facebook- y la An_operation -en Twitter-. Sin contar, además, con la trama sueca que introduce el escándalo de corte sexual en toda esta representación obscena. Y cuando digo representación obscena, quiero hacer hincapié en que no introduzco ninguna connotación moral, sino que me remito a otra posible etimología del término y que nos llevaría a la expresión latina "ob scenus" que se traduce como "lo que estrá fuera de escena". Pues bien, todo parece indicar que lo que ha estado fuera de escena -de la visión de todos nosotros- sale a escena, se hace "representación", se desoculta y pasa de ser mera intuición a convertirse en probable verdadera verdad.
Me gustaría compartir con ustedes, en relación al tema de esta entrada, el artículo de ayer que publicó Manuel Vicent en El País. Su título es Prometeo.


http://www.elpais.com/articulo/ultima/Prometeo/elpepiult/20101212elpepiult_1/Tes

Leanlo por favor.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Epicuro puente entre el ayer y el hoy.

A pesar del título de la entrada no comenzaré hablando del sabio de Samos, sino de un personaje que vivió en el siglo II d.C. cuyo nombre era Diógenes de Oinoanda (ciudad cuyos restos se encuentran en la actual Turquía), el motivo de ello nos lleva a un relato realmente interesante y fascinante.
Este Diógenes construyó en la citada localidad un enorme muro de 260 metros cuadrados en donde se encontraban inscriptas las máximas que harían llegar a los habitantes del lugar el pensamiento del autor de la Carta a Meneceo.
Pues bien, viendo un vídeo de youtube -en tres partes- dedicados al tema de Epicuro (341-270 a.C.) y la felicidad, he disfrutado enormemente al ver cómo de manera sencilla y amena se construía ese puente que citaba en el título que unía a Epicuro con Diógenes y con el Liverpool del siglo XXI.
El nexo es ese ideal de eudaimonía ataráxica que defendía el fundador del Jardín, esa felicidad que se consigue huyendo del exceso y el hartazgo, y que tan bien se muestra en el vídeo como incompatible con la sociedad consumista actual. Entre Epicuro y hoy, la imagen de ese Diógenes que construye ese recuerdo pétreo justo al lado del mercado, para recordar que la dicha no consiste en la acumulación de bienes materiales sino en el goce de la amistad y el equilibrio.


En los videos que os presento me ha parecido excelente la inclusión de un joven británico que reconoce su atracción compulsiva a los centros comerciales, su irrefrenable pasión por la compra desmedida y por la acumulación de bienes comprados.

Frente a este icono del shopping se nos va a enfrentar la figura del epicúreo de Oinoanda como hermeneuta anticipado de nuestra sociedad.


Os dejo, como ya he comentado, con las tres interesantísimas partes del vídeo Epicuro y la felicidad. Pero, además, me ha parecido oportuno -por varias cuestiones- incluir unas imágenes de una obra maestra del cine. Su título es Ciudadano Kane, y es el film que consagró en 1941, pese a su juventud, a Orson Welles, director, guinista y protagonista de la cinta.

En esta película su protagonista, un magnate de la prensa -con referente real en la figura de ...(adivinen)- muestra cómo seguir un guión (¿o guion?) vital diametralmente opuesto al epicúreo.

Por favor vean esta película.

Para finalizar, como texto maravilloso a disfrutar, también os incluyo el enlace con la Carta a Meneceo de Epicuro de Samos.



http://www.youtube.com/watch?v=u8gpjECzrpo&feature=related


http://www.youtube.com/watch?v=tdgGa_HNXlU&feature=related


http://www.youtube.com/watch?v=OWZ926uBTt8&feature=related


http://isaiasgarde.myfil.es/get_file?path=/epicuro-carta-a-meneceo.pdf

martes, 7 de diciembre de 2010

Frases (I)

Con la entrada de hoy comienzo una serie de entradas que incluirán una máxima, una frase, que tendrá la intención de haceros pensar sobre diversos temas y de animaros a compartir, aquí en el blog, vuestras reflexiones. La primera es del poeta latino Horacio (65 a.C.- 8 a.C.).
"Cada día es una pequeña vida".