lunes, 15 de octubre de 2012

Entrevista a Martha C. Nussbaum


El pasado sábado día 13 de octubre apareció publicada en el diario E.P. una entrevista a la filósofa Martha C. Nussbaum, que ha sido galardonada por el jurado del Premio Príncipe de Asturias 2012 en el apartado de Ciencias Sociales.

No conozco realmente su filosofía, pero me llamaron la atención poderosamente dos temas que surgieron a lo largo de la charla. El primero fue su trabajo junto con el economista, y premio Nobel, Amartya Sen. En 1986 comenzaron una colaboración en la que Economía y Filosofía se entrelazaron con el fin de renovar el concepto de “desarrollo” que se aplica a cada uno de los países. Como literalmente se nos dice en el texto del periódico, dicho nuevo concepto “lejos de estar basado en los habituales indicadores económicos como el P.I.B. o la renta “per capita” tiene en cuenta los medios que pone un Estado al alcance de sus nacionales para que desarrollen las capacidades que cada ser humano encierra y que ella resume en un decálogo”.

Sin conocer en su totalidad el desarrollo de dicho decálogo, sí me interesó la “humanización” del término desarrollo (ese ideal ilustrado de progreso), al no basarlo únicamente en cifras macroeconómicas que pueden esconder vidas “rentables” pero absolutamente alienadas, como sabemos que ocurre incluso en países denominados “prósperos”.

La segunda cuestión que quiero subrayar fue observar que Nussbaum citaba, en relación a la situación política global que vivimos, a ese tábano ateniense que llevó por nombre Sócrates, y que vivió hace 2400 años. La pensadora estadounidense dice literalmente: “Como ya lo vio Sócrates, la filosofía tiene una capacidad única para producir una vida examinada, es una fuente de razonamientos y de intercambio de argumentos”, nos recuerda cómo el maestro de Platón consideraba que la Filosofía consistía en una forma de vida, en la única que podría dirigir al hombre en su periplo vital. El perfeccionamiento moral (sobre todo a nivel político, en su sentido más amplio) era la meta perseguida, y ello era factible únicamente en diálogo con los demás, pero ese “diá-lógos” necesitaba de una estructura racional determinada, no cabía el hablar por el hablar (tan presente en nuestras tertulias mediáticas y en innúmeros discursos de hoy en día).

Y sigue diciendo Nussbaum “nuestro clima político actual es histérico, dado a las invectivas más que a los argumentos. Necesitamos de la filosofía con la misma urgencia que la Atenas de Sócrates”.

Es significativo el rescate del hombre considerado en el templo de Delfos como el más sabio. También Sócrates pensaba que su época necesitaba una orientación, como ahora Nussbaum lo cree de nuestra escena política actual convulsa debido a una serie de problemas axiológicos y transformaciones que no terminan de devenir en sosiego y estabilidad.

Evidentemente habría mucho que hablar de las consideraciones socrático-platónicas acerca de la democracia, quedémonos con las que nos ayudarían a mejorar nuestro sistema de soberanía popular.

Enlace con la entrevista:



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