lunes, 18 de enero de 2010

Una aporía de Zenón

Los alumnos de Bachillerato, especialmente los de segundo curso, están ya familiarizados con la polémica ontología de Parménides de Elea. Dicha ontología tenía como principal finalidad presentar como absurda la información que de la realidad nos transmitían los sentidos, así de este modo aparecía como contraria a la razón tanto la existencia de la pluralidad en el mundo, como el cambio y el movimiento en el mismo. Hoy aparece en escena un discípulo de Parménides, se trata de Zenón de Elea, nacido en los primeros años del siglo V a.C.- ya que según el historiador de la filosofía W. Capelle “alrededor del 450, cuando visitó Atenas en compañía de Parménides, debía de tener cuarenta años”-.

Este Zenón –del que podéis buscar fácilmente información sobre su vida- es estudiado normalmente a través de sus famosas aporías, éstas pretendían servir de apoyo a las tesis de su maestro; tened en cuenta que según el DRAE una aporía es un enunciado que expresa o que contiene una inviabilidad de orden racional.

Os propongo lo siguiente, voy a hacer referencia a una de estas famosas aporías, la que es conocida como “la dicotomía” tal y como la enuncia W. Capelle. La persona que se anime a participar deberá buscar, y exponer a través de un comentario a la presente entrada, la solución que según Aristóteles desarma dicha argumentación del discípulo de Parménides.

El planteamiento de la dicotomía o el estadio es la siguiente: “Es imposible recorrer un trecho determinado en un determinado tiempo. Pues hay que llegar siempre hasta la mitad del trecho antes de llegar al fin. Pero antes de que se llegue a la mitad hay que llegar a la mitad de la primera mitad; antes de que se alcance ésta, hay que llegar a la mitad del primer cuarto, y así hasta el infinito. Todo trecho se divide, pues, en una multitud infinita de trechos pequeños. Pero una multitud infinita de trechos no se puede recorrer en un tiempo determinado”.

Imaginaros que un atleta debe correr los 100 metros lisos en un estadio olímpico, y aplicadle lo dicho.

Así que ya sabéis, decid ¿cómo rebate Aristóteles a Zenón este planteamiento que presenta como absurdo el movimiento?

Por cierto, el historiador que he citado, Wilhelm Capelle, tiene una muy recomendable “Historia de la Filosofía Griega” en la editorial Gredos.

1 comentario:

  1. Me quedo con las palabras de Paul Valéry (poeta, aunque también ensayista) sobre Zenón: "¡Zenón, cruel Zenón, Zenón de Elea! Me has traspasado con la flecha alada. Que, cuando vibra volando, no vuela. Me crea el son y la flecha me mata. ¡Oh sol, oh sol! ¡Qué sombra de tortuga para el alma: si en marcha Aquiles, quieto!".

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