lunes, 13 de diciembre de 2010

Wikileaks

Convendrán conmigo en que todo lo que rodea al fenómeno Wikileaks se va tornando, a medida que pasan los días, en un asunto tan fascinante como aterrador. Si recordamos la palabra que usaban los pensadores de la Grecia antigua para referirse a la verdad, es decir el vocablo "alhtheia" nos encontramos con la identificación entre lo cierto y lo que se desoculta, lo que sale de su invisibilidad.
Todavía es muy pronto para analizar con la distancia -tan necesaria para el historiador- el fenómeno personificado por el hoy reo Julian Assange, pero el desocultamiento de esa cantidad ingente de información, que ha hecho que observemos la tramoya de la política mundial, es un hito que se antoja digno de una atención sobresaliente por todos nosotros.
Porque además, si ya no fuera suficiente con la publicación de esa posible verdadera verdad, hemos asistido estupefactos en los últimos días a una guerra virtual que encaja perfectamente con la sociedad del siglo XXI del mundo desarrollado (sic) en el que vivimos, me refiero claro está a toda esa presión, en forma de ahogo económico, que se ha ido sometiendo al portal de internet y a su cabeza visible, que después se ha visto respondida por los ataques del colectivo que se "oculta" tras el nombre de Anonymous, y que ha seguido con las respuestas de las dos principales redes sociales que han cancelado las cuentas en las que se desarrollaban la llamada Operation Payback (operación venganza) -en Facebook- y la An_operation -en Twitter-. Sin contar, además, con la trama sueca que introduce el escándalo de corte sexual en toda esta representación obscena. Y cuando digo representación obscena, quiero hacer hincapié en que no introduzco ninguna connotación moral, sino que me remito a otra posible etimología del término y que nos llevaría a la expresión latina "ob scenus" que se traduce como "lo que estrá fuera de escena". Pues bien, todo parece indicar que lo que ha estado fuera de escena -de la visión de todos nosotros- sale a escena, se hace "representación", se desoculta y pasa de ser mera intuición a convertirse en probable verdadera verdad.
Me gustaría compartir con ustedes, en relación al tema de esta entrada, el artículo de ayer que publicó Manuel Vicent en El País. Su título es Prometeo.


http://www.elpais.com/articulo/ultima/Prometeo/elpepiult/20101212elpepiult_1/Tes

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