viernes, 20 de enero de 2012

Guerras hiperreales



Me propongo exponer en breves líneas un trabajo de clase realizado con los alumnos de los dos grupos de Educación ético-cívica 4º de E.S.O. del centro Escuelas Francesas S.A.L. de Sevilla. Dentro del bloque temático dedicado a las relaciones interpersonales, más concretamente en el apartado sobre la violencia en los conflictos bélicos hemos aprovechado para realizar una interesante actividad acerca del concepto de verdad en los medios de comunicación.

En primer lugar partimos del libro de texto usado por el alumnado (de la editorial Mc Graw Hill), en él se recoge un fragmento del libro de Susan Sontag titulado “Ante el dolor de los demás” en donde se hace referencia al papel de los corresponsales de guerra, siendo los que posibilitan que la cámara (un ojo que pensamos que todo lo ve, pero que como expondré posteriormente no es así) nos lleve a nuestros hogares las imágenes de lejanos (o no tanto) conflictos.

Aprovechando dicha mención acerca de los reporteros, nos trasladamos a un texto de Alex Arévalo Salinas cuyo título reza “El desempeño de los medios de comunicación en los conflictos bélicos” ( http://es.scribd.com/doc/7281782/El-Desempeno-de-Los-Medios-de-Comunicacion-en-Los-Conflictos-Belicos).

En el mismo aparece un apartado dedicado a la Guerra del Golfo (1991) a la que se califica como conflicto esterilizado. El trabajo en sí consistió en la lectura de dicho texto reflexionando acerca de cómo una censura informativa impuesta de forma eficaz, puede permitir cubrir únicamente una visión “periférica” de los hechos y obviar las imágenes “centrales” de los mismos. Así se consiguió trasmitir una imagen aséptica pero irreal de un conflicto que pareció más extraído de un vídeo juego que de la propia realidad. Toda guerra sabemos que es sinónimo de muerte, sufrimiento y destrucción, en ese momento, durante la Guerra del Golfo se pretendió representar una función mediática que mostraba (o mejor dicho que no monstraba, ya que excluía lo monstruoso) el modo hiperreal de acercarnos hoy en día a la pretendida realidad. En España, hay que tenerlo presente, varias cadenas televisivas convocaban diariamente en distinto horario a la audiencia para que fuera testigo del espectáculo.

Precisamente ese término de hiperrealidad me llevó a introducir el pensamiento del francés Jean Baudrillard y su famosa tesis plasmada en la obra “La Guerra del Golfo no ha tenido lugar” en la que se nos quiere hacer conscientes de que lo que había sido “visto” no coincidía con el núcleo trágico de la guerra, sino con la deconstrucción-reconstrucción de la misma, proceso que había edulcorado su esencia con claros fines propagandísticos.

Partiendo del hecho, del que vamos siendo conscientes a lo largo de los años, de que la objetividad absoluta en ciertos campos es absolutamente imposible, conviene reflexionar sobre lo fácil que es tomar a la ligera como certeza lo que nos “cuentan” y “enseñan”. Desde la famosa narración radiofónica de Orson Welles de una “invasión extraterrestre” hasta la triste imagen de una Iraq maquetada presentada y defendida por Colin Powell tenemos numerosos casos de cómo lo servido como “verdad” realmente no lo es, o al menos no de forma categórica. Nada baladí recordar la denominación de cuarto poder a los mass media, al fin y al cabo son constructores de “realidades” y “evidencias”, de esto sabían bien los soviéticos que, como me gusta decirle a mis alumnos, llamaron “Pravda” (la verdad) al periódico por excelencia de su régimen.

Estas ideas que he expuesto de forma sucinta pretendo ampliarlas y publicarlas en la revista de ámbito educativo “IES”, de la cual os dejo el enlace por si os apetece echarle un vistazo http://www.revistaies.net/

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