lunes, 7 de marzo de 2011

¡Indignaos!


El alumnado de primer curso de Bachillerato 2008-2009 quizás recuerde todavía el nombre y la imagen de Stéphane Hessel. Este excombatiente de la Resistencia frente a la ocupación hitleriana, prisionero en el campo alemán de Buchenwald y posteriormente copartícipe –único que queda con vida- de la redacción del texto que Naciones Unidas aprobó en 1948 como Declaración Universal de los Derechos Humanos, visitó España hace un par de años y fue entrevistado por diversos medios; pues bien las publicadas por ABC y El País estuvieron expuestas en las paredes del aula de dicho curso de primero de Bachillerato.

En el año 2010 Hessel publicó una obrita titulada ¡Indignaos! que es realmente el motivo de esta entrada. A sus noventa y tres años reflexiona sobre su pasado, un tiempo en el que su compromiso político nacido de la idea y el sentimiento de indignación aparece como columna vertebral de su biografía. El deseo que articula ¡Indignaos! es muy claro: hacer ver, especialmente a los más jóvenes, que hay que mantenerse alerta, que los tiempos que corren pueden echar por tierra todas las conquistas sociales que, con tanto trabajo y sufrimiento, se fueron consiguiendo tras el fin de ese horror que supuso la II guerra mundial.

Son los valores que sirvieron de base al nuevo orden de las democracias, que según Hessel emanan del espíritu de la Resistencia francesa, los que hoy corren grave peligro. Destaca especialmente el poder que actualmente posee el dinero como una de las causas generales en la que radican múltiples efectos más concretos que deben provocar que aflore en nosotros la indignación. Es realmente interesante la mención a los conceptos de libertad y responsabilidad en Jean Paul Sartre (1905-1980), el hombre –recordemos que está condenado a ser libre- no puede hacer dejación de su responsabilidad, de su responsabilidad no únicamente con sí mismo, sino con la sociedad, no puede “mirar hacia otro lado”. De hecho uno de los capitulitos posee un título tan revelador como La indiferencia: la peor de las actitudes.

Esa apuesta por el compromiso desde luego debe ser canalizada por la vía del pacifismo, desconfiemos de la violencia. Manteniendo una postura netamente optimista el autor opina que son figuras como las de Nelson Mandela o Martin Luther King los arquetipos que hay que tener en mente a la hora de plasmar en acciones nuestro compromiso social, a la par que los Derechos Humanos, de forma obligada, tienen que configurar el horizonte que nunca puede perder nuestra mirada. Esos Derechos que aunque nacidos como mero compromiso, deben proseguir su inoculación en las legislaciones de las distintas naciones.

Creo sinceramente que es un libro que debe estar en la biblioteca de todo estudiante universitario y de enseñanzas medias, supone una breve lectura que os adentrará en una larga y rica reflexión. Cuenta asimismo con un magnífico prólogo De José Luis Sampedro.
También está publicada en nuestras librerías la versión original en francés “Indignez-vous!”.

Finalizo extrayendo un breve fragmento en el que se muestra claramente el espíritu del mensaje de Hessel.

“(…) Pero en este mundo hay cosas insoportables. Para verlo, debemos observar bien, buscar. Yo le digo a los jóvenes: buscad un poco, encontraréis. La peor actitud es la indiferencia, decir “paso de todo, ya me las apaño”. Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales que forman al hombre. Uno de los componentes indispensables: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue.”

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